jueves, 19 de junio de 2008

ES UN MILAGRO

José Villanueva tiene una vistosa herida en la nariz. La hinchazón y los restos de sangre sugieren que posiblemente la tiene fracturada. Pero no le interesa mayormente. Ayer salvó milagrosamente de caer desde 36 metros de altura luego que una pieza del andamio en el que trabajaba se rompiera. Su amigo Carlos Aránguiz González, sin embargo, no tuvo tanta suerte.

Aránguiz sufrió la fractura expuesta de su brazo izquierdo y su pierna derecha, además de múltiples lesiones en la columna, piernas y pelvis tras caer desde el edificio que pintaba en la comuna de Las Condes.

El trabajador fue derivado a la Clínica Alemana, sin riesgo vital, donde ayer fue operado del brazo. Hoy el "Loli", como lo conocen sus amigos, fue intervenido por segunda vez.

En conversación con La Tercera.com, José Villanueva entregó detalles de lo vivido durante el accidente. "Fui al edificio a cobrar una plata que me debían. Cuando llegué vi que Carlos que estaba listo para subir y pintar, así que me quedé para ayudarle porque siempre trabajamos juntos", dijo.

Villanueva se hizo cargo de elevar el andamio. Se detuvo a los 30 metros de altura, pero Carlos quería subir un poco más. "Estaba dándole la tercera vuelta al tecle cuando siento el 'pencazo'. Quedé afirmado de las dos manillas y luego de una piola. Miré para atrás y no vi a Carlos", relató.

La angustia se apoderó de Villanueva quien estuvo colgando a 36 metros de altura cerca de un minuto. Pensó que la estructura colgante iba a caer completa desde el decimotercer piso, por lo que rápidamente rompió unas mallas para poder tener acceso a una ventana del edificio de calle Vasco de Gama. "Empecé a golpear el vidrio y un caballero salió. Me agarré de su cuello y me metí para adentro. Me había pegado en la nariz, pero no sentí nada", relata.

Luego de ponerse a salvo, José comenzó a correr por las escaleras para chequear en qué estado había quedado su amigo, mientras pedía que alguien llamara a una ambulancia. En menos de un minuto ya se encontraba en el primer piso, donde fue recibido por los gritos de horror de Rodrigo y Marcelo Aranguiz, hermanos de la víctima. "Al salir el loco ya estaba ahí botado. Tenía el brazo y la pierna quebrada. Pero estaba conciente. Nos decía que nos quedáramos tranquilos". Según el trabajador, el "Loli" se lamentaba porque no iba a poder "carretear" durante un tiempo.

Los hermanos de la víctima trataron de subir a Carlos a un auto para llevarlo a un hospital, pero desistieron al ver sus lesiones. El tiempo pasaba y la desesperación se apoderaba de Villanueva: "No llegaba nunca la ambulancia. Estuvimos hablando todo el rato con él, que iba a estar bien. Al final llegaron tres cuestiones juntas".

Hoy, ya más tranquilo, José Villanueva dice que al momento de utilizar el andamio no tomaron ninguna precaución. "Nosotros nos subimos así no más. Yo digo que no soy perro para andar amarrado, 'cachai'. Uno que es cabro, aperra y se tira no más po", señala, agregando que fue una gran suerte que se salvara del accidente: "si hubiera estado en el lado de él, me caigo yo no más".

Tras la entrevista, Villanueva se dirigió a la Clínica Alemana a ver a su amigo. "Ahora hay que ver que salgan buenas la operaciones y esperar a que se recupere no más. Hay que estar ahí con el loco", aseguró.

Pintor cayó de piso 13 y salvó milagrosamente la vida en Las Condes 18/06/2008 09:23

SANTIAGO, Chile, Junio 18 (UPI) -- Con graves fracturas y sin peligro de muerte quedó Carlos Rodrigo Aránguiz González, de 24 años, tras caer en la tarde de ayer del piso 13 de un edificio en Las Condes, en el momento que pintaba la fachada del inmueble, a unos 36 metros de altura.
El andamio cedió y se precipitó al vacío, mientras que un acompañante quedó colgando de la estructura a la altura del piso 12, siendo rescatado por un vecino del recinto, ubicado en calle Vasco da Gama.
Desde el sitio del suceso fue trasladado hasta la Clínica Alemana, donde permanece bajo observación y se informó que no contaba con las condiciones mínimas de seguridad, como arnés o una cuerda de vida.
Al respecto Juan Donoso, ingeniero de la Sección de Investigación de Accidentes Laborales del ministerio de Salud, aseguró que "las obras quedaron temporalmente paralizadas, ya que la víctima no estaría debidamente contratada".
Entre tanto, la administradora del edificio, Rosa Moscoso, señaló que se hizo un contrato con el propietario de la empresa, Reinaldo Silva, hermanastro del lesionado, donde están estipulados los seguros correspondientes.

"La verdad es que le hemos dado tantas vueltas al caso que no queda más que pensar que es un milagro", recalcó el experto.


El ingeniero del área de accidentes laborales y experto en prevención de riesgos del Ministerio de Salud, Juan Donoso, apuntó que sólo un "milagro" permitiría explicar cómo el pintor Carlos Aránguiz González sobrevivió tras caer este martes desde el piso 13 de un edificio capitalino.

Los hechos -contó el ingeniero, partícipe de la investigación sanitaria del caso- se registraron cerca de las 15:30, cuando dos trabajadores subían manualmente un andamio desde el primer piso de un edificio ubicado en calle Vasco de Gama (Las Condes), pues pintarían una "segunda mano" de la fachada.

Al llegar al piso 13, se soltó un tornillo del andamio, cayendo Aránguiz desde una altura cercana a los 36 metros directamente a la calle. Su compañero, en tanto, alcanzó a ser rescatado por un vecino del piso 12.

"Ninguno de los trabajadores tenía sus elementos de seguridad acorde al riesgo", comenta el funcionario del Ministerio de Salud, quien nunca había conocido un caso similar, según contó a Lo que Queda del Día.

"Hemos tenido accidentes con trabajadores de la construcción que caen del piso seis o siete y fallecen inmediatamente. La verdad es que le hemos dado tantas vueltas al caso que no queda más que pensar que es un milagro, porque el trabajador tiene fracturas en las piernas y en los brazos, pero ningún golpe en la cabeza. Además, cayó sobre pavimento, no sobre pasto o tierra", comenta.

Carlos Aránguiz González, de 24 años, permanece en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Alemana, bajo el diagnóstico de "politraumatismo", pero sin riesgo vital.