lunes, 5 de enero de 2009

2. EMPEZAR CON UN FIN EN MENTE



2. Empezar con un fin en mente: Hábito del liderazgo personal, que da como resultado sentido a la vida. El principio involucrado en este hábito, es el de la visión y los valores. La habilidad emocional está referida a la motivación personal, que es la base de estas decisiones. Usted es quien decide sus principales prioridades, metas y valores. Empiece con un fin en mente. Esta decisión de decidir su propia vida, es su principal decisión. Comenzar con un fin en mente, hace posible que nuestra vida tenga razón de ser, pues la creación de una visión de lo que queremos lograr, permite que nuestras acciones estén dirigidas a lo que verdaderamente es significativo en nuestras vidas. Después de todo, para un velero sin puerto, cualquier viento es bueno. Comenzar con un fin en la mente, significa desarrollar una clara imagen del lugar al que quieres llegar en tu vida. Significa decidir cuales son tus valores y fijar tus metas.

Este hábito dice que, puesto que tú eres el conductor, debes decidir a dónde ir y hacer un mapa a fin de poder llegar. Definir tu misión y metas en la vida. Comenzar con una clara comprensión de tu destino. Significa saber adonde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor donde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. Resulta fácil caer en la trampa de la actividad, en el ajetreo de la vida, trabajar cada vez más para trepar por la escalera del éxito, y descubrir finalmente que está apoyada en la pared equivocada. Es posible estar muy atareado sin ser muy efectivo.

Las familias forjan su propio futuro, creando una visión mental y un propósito para cualquier proyecto, ya sea pequeño o grande. No viven día a día sin un propósito claro en la mente. La forma más alta de la creación mental, es un enunciado de misión matrimonial o familiar. Este hábito se basa en la imaginación, la capacidad para visualizar, para ver lo potencial, para crear con nuestras mentes lo que en el presente no podemos ver con nuestros ojos; y en la conciencia moral, que es la capacidad para detectar nuestra propia singularidad y las directrices personales, morales y éticas que nos permiten llevarla felizmente a cabo. Supone el contacto profundo con nuestros paradigmas y valores básicos, y la visión de aquello en lo que podemos convertirnos. No pierdas de vista el objetivo. La misión de la organización, está integrada en la mente y los corazones de las personas que forman parte de la empresa.

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