lunes, 5 de enero de 2009

7. AFILAR LA SIERRA



7.Afilar la sierra: Hábito de la mejora continua, que da como resultado el balance y la renovación. El principio encarnado en este séptimo hábito, es el de la renovación. Pertenece al componente de la inteligencia emocional de la autodisciplina. Pasa a vivir según tus prioridades; vivir según tus valores. Renuévese constantemente a sí mismo.

Afilar la sierra, es usar la capacidad que tenemos para renovarnos física, mental y espiritualmente. Es lo que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles (roles) que desempeñamos en nuestra vida. Significa preservar y realzar el mayor bien que usted posee: usted mismo. Significa renovar las dimensiones de su naturaleza: la física, la espiritual, la mental, la social y la emocional.

La inversión en nosotros mismos, es la más poderosa que está a nuestro alcance en la vida. Somos el único instrumento con que contamos para vivir y realizar nuestro aporte. Nosotros somos los instrumentos de nuestra propia ejecución, y para ser efectivos, debemos reconocer la importancia de dedicar tiempo regularmente a afilar la sierra, en todas las dimensiones de nuestro ser.

Afilar la sierra, hace referencia al leñador que tiene que dedicar tiempo a afilar su cierra, para que pueda cortar más eficientemente los árboles. El hábito siete es como tener afilada tu personalidad, para que puedas lidiar mejor con la vida. Significa renovar y reforzar regularmente las principales dimensiones de tu vida. El famoso refrán de los antiguos griegos: “Nada en exceso”, nos recuerda la importancia del equilibrio, y de estar en contacto con todas las dimensiones de tu vida.

Algunas personas pasan muchas horas en el gimnasio tratando de tener un cuerpo perfecto, pero descuidan cultivar su mente leyendo, por ejemplo. Otros son muy sociables, pero descuidan tener un momento de reflexión devocional, que enriquezca su mundo interior espiritual, para enfrentar de mejor manera las adversidades y con mayor grandeza las decisiones de la vida. Para desempeñarte a tu máximo potencial, necesitas aspirar a un equilibrio en todos estos aspectos. ¿Por qué el equilibrio es tan importante? Porque lo que hagas en una dimensión de la vida, afectará a las otras dimensiones. Piénsalo. Si una de las llantas de tu coche no está balanceada, las cuatro se desgastarán de forma dispareja y no sólo la que no está balanceada.

Es difícil ser amistoso (social) cuando tu cuerpo está exhausto (físico). Al revés también funciona. Si te sientes motivado y bien contigo mismo (espiritual), es más fácil concentrarte en tus estudios (mental) y ser más amistoso (social y emocional). No pierdas tu balance. Como dice el refrán: “Equilibrio y moderación en todas las cosas”.

La familia aumenta su efectividad, a través de la renovación regular personal y familiar en las cuatro áreas básicas de la vida: física, espiritual, mental, social y emocional. Establecen tradiciones que nutren el espíritu de la renovación familiar.

En el mundo empresarial, se hacen inversiones para renovar la empresa en todas las dimensiones fundamentales:

En la dimensión física, se reinvierte en las personas, las instalaciones y la tecnología.

En la dimensión espiritual, se reafirma constantemente el compromiso de los valores y principios que rigen la empresa. Se renueva la misión de ser necesario.

En la dimensión intelectual, continuamente se invierte en capacitación y desarrollo personal y profesional.

En la dimensión social y emocional, se busca estrechar los lazos afectivos con todos los protagonistas claves de la empresa: empleados, clientes, accionistas, proveedores, miembros de la comunidad, etc.

Estas características son, sin duda alguna, los atributos necesarios para que las organizaciones humanas sean exitosas en el siglo XXI.

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