martes, 23 de febrero de 2010

CRISTO MUY PRONTO VENDRÁ

EJERCICIO FÍSICO PARA DISMINUIR LA ANSIEDAD


Estudio dice que ejercicio regular disminuye en un 20% la ansiedad.

Investigación revela que las personas con enfermedades crónicas que mantienen una actividad física regular de 30 minutos diarios, al menos por 12 semanas, no sólo mejoran su estado de ánimo, sino también logran reducir su ansiedad con la misma eficacia que si siguieran un tratamiento con fármacos por un mes.

La ansiedad muchas veces es vista como un simple y pasajero estado de ánimo. Sin embargo, en personas que tienen enfermedades crónicas como hipertensión, cáncer o artritis, este cuadro no sólo empeora su calidad de vida, sino también agrava sus males y facilita la deserción de los tratamientos.

Debido a eso, muchos especialistas recetan medicamentos a sus pacientes para mantenerla a raya. Sin embargo, una investigación realizada por científicos de la Universidad de Georgia, en EE.UU y presentada en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, revela que es mucho más útil para los pacientes hacer 30 minutos de ejercicio al menos tres veces por semana. Esto porque la actividad física regular reduciría hasta en un 20% los síntomas de la ansiedad, logrando resultados incluso mejores que los fármacos.

Los científicos analizaron 40 ensayos clínicos, realizados entre 1995 hasta el 2007, y estudiaron el comportamiento de casi 3.000 personas con diferentes condiciones médicas. En un 90% de los artículos, las personas que hacían deporte bajaban o controlaban sus niveles de ansiedad, mientras que las sedentarias seguían con los síntomas o aumentaban su nivel de agitación.

"Nuestro hallazgo se suma al creciente cuerpo de evidencia científica de que las actividades físicas como caminar o levantar pesas pueden llegar a ser la mejor medicina a prescribir para ayudar a sus pacientes a sentirse menos ansiosos", dijo el autor del estudio, Matthew Herring.

No es todo. La investigación revela que el efecto sanador de las rutinas aeróbicas de más de 30 minutos, realizadas durante tres a 12 semanas, es similar al que se logra con un tratamiento con fármacos por cuatro a ocho semanas. "Y con un menor riesgo de eventos adversos de la medicación", dice Rod Dishman, co autor de la investigación.

Una tesis que apoya el siquiatra de Clínica Las Condes Lister Rossel, quien destaca los resultados del estudio y sus efectos sobre todo para médicos de atención primaria que reciben a muchos pacientes con trastornos que alteran el funcionamiento de su cuerpo y donde la actividad física puede ser una buena vía de solución antes que la medicación. "Enfermedades de agotamiento, de estrés, colitis ulcerosas, algunos tipos de lumbago, transtornos del sueño o alteraciones de la piel, como la soriasis, pueden ser tratados con una caminata diaria de no más de 20 cuadras", dice Rossel.

No es la primera vez que investigaciones vinculan al ejercicio regular con la reducción de diversos males como el estrés, la fatiga y la depresión.

Para Herring, sumar la ansiedad a los beneficios de las rutinas de ejercicios es vital, debido al incremento de males crónicos y de estilos de vida que la promueven. "Eso hará más necesarios que nunca y altamente demandados tratamientos eficaces y de bajo costo como los ejercios", recalcó Herring.

Francisco Rodriguez

lunes, 22 de febrero de 2010

ORIGEN DIVINO DE LA BIBLIA


¿Qué pruebas nos dan la seguridad de que el Dios Todopoderoso es único y verdadero Autor de las Sagradas Escrituras? Consideremos algunos hechos reveladores:

Unidad y armonía de su contenido. La Biblia es un conjunto de 66 pequeños libros escrito por unas 40 personas a lo largo de 1.500 años. La mayoría de los escritores no se conocieron entre sí. Vivieron en épocas diferentes y pertenecieron a culturas distintas.

A pesar de esas circunstancias, los escritos de todos armonizan en forma magistral. Con diferencias de estilo, todos hablan del mismo Dios, todos exaltan las mismas normas de conductas y todas coinciden en presentar el tema básico de la Biblia, que es el amor divino hacia la humanidad. Esta unidad de pensamiento y propósito sólo e explica al aceptar que el mismo Dios los inspiró a todos por igual.

Su permanencia. Declara el profeta: “Secase la hierba, marchitase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8).

Así es. “El imperio de César ha pasado; las legiones de Roma ya están en el polvo; los aludes que Napoleón despeñara sobre Europa han desaparecido; el orgullo de los faraones está abatido. La tradición ha cavado para la Biblia un sepulcro; la intolerancia ha encendido muchas piras; pero la Palabra de Dios permanece todavía”. Y siempre habrá de permanecer, porque proviene de Dios, quien vive por la eternidad.

Su carácter profético. Se estima que más de 6.000 versículos bíblicos contienen profecías o preanuncios del futuro, los cuales se han cumplido a su debido tiempo y otros están en vías de cumplirse.

Una de las profecías más admirables anticipa la venida de Jesús a esta tierra como el Mesías y Salvador del mundo. Predijo su nacimiento virginal, su vida milagrosa, su muerte, su resurrección y ascensión a los cielos.

Con más de 500 años de anticipación, el profeta Miqueas indicó que Cristo Jesús nacería en el pueblo de Belén. Y el profeta Isaías, 700 años antes de la llegada del Mesías, declaró que este nacería de una virgen.

¿Quién, sino el Dios Todopoderoso puede descifrar el futuro y dar así seguridad al corazón?

Su mensaje es para todos. La Escritura es el libro universal dirigido al corazón del hombre por el único que puede entender cada uno de sus anhelos. Su contenido responde a las necesidades de todo ser humano.

En la Biblia hay palabras sabias para el joven, el niño, el adulto y el anciano. Hay palabras oportunas para el pobre, para el rico, para el adolorido o para el que está contento.

Francisco E. Estrello declaró: “La Biblia nos habla hoy porque tiene un mensaje viviente: es el mensaje de Dios para la humanidad, y el hombre de hoy es el mismo de ayer, con sus mismas necesidades, con sus mismos problemas, con sus mismas angustias, con su misma urgencia de salvación de pecado. La Biblia nos habla hoy porque el Dios que se mueve entre sus páginas, es el Dios eterno que sigue buscando al hombre con la misma pasión redentora”.

Tiene poder para transformar. Al describir ese poder, el apóstol Pablo declaró: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 S. Pedro 1: 23).

Esta influencia se manifestó de forma dramática en el caso de “Bounty”, el navío inglés cuya tripulación se sublevó en 1789, dando lugar a uno de los acontecimientos más notables de la historia del Océano Pacífico. Los nueve amotinados desembarcaron en la pequeña isla de Pitcairn. Uno de los marineros descubrió como hacer licor, y esto promovió vicios, contiendas y toda clase de males.

Al cabo de un tiempo, sólo quedaron un hombre, Alejandro Smith, unas pocas mujeres y algunos niños en la isla. Entonces Smith se interesó en la Biblia que habían sacado del barco antes de destruirlo. La leyó y comenzó a compartirla con el grupo.

¡Y se produjo el milagro! Fue como si todas aquellas personas hubiesen nacido de nuevo. El año 1803, al llegar a la isla el navío Topaz de la marina norteamericana, encontró en ella una comunidad próspera y feliz, sin cárceles ni delincuentes: una comunidad cristiana que aún hoy vive los principios de la Biblia.

Sí, las Sagradas Escrituras son poderosas para transformar al ser humano. Sus ideas, verdades y promesas revolucionan la mente y tocan el corazón. Imparten la vida que viene de Dios. Hablando de ese poder, el apóstol Pablo dice lo siguiente: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y que penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

Dr. Milton Peverini

HABILIDADES PARA EL MUNDO LABORAL Y UNIVERSITARIO


Un profesor de ciencias pidió a los estudiantes que observaran por el microscopio una célula. Luego de varios minutos, el maestro preguntó: “¿Qué descubrieron?”. Los niños, asombrados, respondieron que no habían encontrado nada, porque él no les había dicho qué tenían que mirar, ni cómo lo tenían que hacer.

Éste fue uno de las escenas que más impactó a Tony Wagner, el académico de Harvard que realizó la investigación. “Los alumnos esperan a que los maestros terminen para que les ayuden y arreglen el problema. Lo que veo son niños y jóvenes que apenas ocupan un cinco por ciento de su cerebro”, señala Wagner.

Luego de recorrer varias salas de clase y entrevistar a miles de empresarios sobre qué habilidades esperan de sus trabajadores, concluyó que en las escuelas norteamericanas los profesores enseñan contenidos solamente para superar las pruebas y pasar de nivel, olvidando fomentar las competencias pertinentes para enfrentarse al mundo laboral.

En Chile el panorama no dista de la realidad estadounidense. Tanto el Simce como la PSU “se han convertido en los instrumentos fundamentales de evaluación del rendimiento escolar, por lo que se pierde de vista la importancia de estas habilidades para enfrentar con éxito no sólo el trabajo, sino los estudios en la educación superior”, explica la doctora en psicología y académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Malva Villalón.
Desarrollar las habilidades en la casa
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Ante la realidad del sistema educacional chileno, el académico de la Universidad Diego Portales, Ernesto Treviño; y la psicopedagoga de la Universidad Andrés Bello, Verónica Garcés entregan recomendaciones para desarrollar en la casa las habilidades que buscan los empresarios.
1. Pensamiento crítico y capacidad de resolver problemas: se recomienda establecer diálogos con los niños desde pequeños, donde los padres traten de escuchar y respetar la opinión de ellos. Es necesario que validen las ideas del menor y las legitimen, independiente de que no las compartan.

2. Creatividad e imaginación: dejar que los niños y jóvenes hagan sus propias preguntas acerca de las ideas que se debaten. Jugar a los roles, como si estuvieran en un debate, para que se planteen en distintos escenarios ante un mismo hecho.

3. Hacer buenas preguntas: lo importante es no rechazar el punto de vista del niño o joven. Ninguna pregunta es mala.

4. Adaptación: es recomendable deshacerse de los prejuicios y de la idea de que existen respuestas correctas e incorrectas. Permitirles que se coloquen en distintas posiciones, por ejemplo que el niño un día defienda el punto A y otro el B.

5. Proactividad: al momento de criticar es necesario que el sujeto comprenda que no se trata de desacreditar al otro porque sí, sino de identificar debilidades y proponer soluciones. Aquí se aconseja jugar en equipo y los juegos de estrategia, u otros donde el menor tenga la necesidad de encontrar soluciones en conjunto y existan reglas que permitan que todos participen.

6. Expresión oral y escrita: con los debates y juegos de estrategias el niño será capaz de proponer qué opciones cree pertinentes y por qué, desarrollando así su capacidad de discurso. Otra forma, por ejemplo, es ver una película que permita el diálogo y preguntarle a los niños qué han comprendido, discutir causas y efectos, y formular hipótesis.

7. Liderazgo: se recomiendan actividades simples como cocinar juntos, recrear recetas, planificar cumpleaños de hermanos y padres. Éstas permiten que el niño se sienta responsable de algo y tome el mando de una situación.

jueves, 18 de febrero de 2010

SONATA CLARO DE LUNA

MIS METAS SIGUEN SIENDO LAS MISMAS


El pasado 17 de Agosto 2007, Daniela García, de 27 años, y el ingeniero Max Ricardo Strube contrajeron matrimonio civil. El sábado 29 de Septiembre, la pareja ratificó el vínculo ante la iglesia.

Daniela llegó a las 20:55 en su camioneta Ford Escape acompañada de su padre el doctor Cristián García Bruce. Cerca de 200 personas llegaron hasta la iglesia para acompañar a Daniela en uno de los momentos más felices de su vida. Entre los invitados se encontraba hasta el propio rector de la Universidad Católica, Pedro Pablo Rosso.

La ceremonia duró menos de una hora. Cuando Daniela y Max salieron del templo les lanzaron pétalos de flores mientras de fondo se escuchó la canción Limón y Sal, de la mexicana Julieta Venegas.

En Noviembre de 2004, Daniela presentó su libro "Elegí Vivir". En esa ocasión dijo que sus metas seguían igual de claras que antes de sufrir el accidente: casarse, formar una familia y ser una buena madre.

"Cuando sufrí el accidente tuve mucho susto de que termináramos... No tenía ninguna obligación de quedarse junto a mí. Pero lo hizo incluso en momentos en los que ni yo quería estar conmigo", le dedicó Daniela a Max en su libro. Sin embargo, se casó con la persona que, durante este largo proceso de recuperación, ha sido su más fiel acompañante.

Así fue. Pese al accidente, Strube estuvo al lado de Daniela en todo momento. Fue su escolta fiel durante sus contadas apariciones públicas. Luego de ocho años de noviazgo y tras el difícil accidente de Daniela, la pareja se convirtió en marido y mujer.

Daniela García ejerce como doctora en rehabilitación en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de la Universidad de Chile, donde realiza interconsultas ya que cursó su especialidad en Fisiatría.

La joven, que en octubre de 2002 sufrió un trágico accidente al caer por un forado de un vagón de tren que iba hacia Temuco y que le mutiló sus extremidades, se puede decir que le ganó a la vida. Y eso lo ha ratificado con los innumerables logros que ha ido acumulando desde que pasó por el complicado momento.

El trágico accidente ferroviario que sufrió Daniela García Palomer, inspira grandes emociones y muchos contrasentidos. Su gran fuerza y sus innegables ganas de vivir, nos contagia cada vez que conocemos algo de su vida. Hoy es una persona completa, feliz y con ganas de seguir viviendo plenamente todos los días de su vida. Quién diría que una persona, luego de sufrir tan dramáticas consecuencias físicas y sicológicas podría levantarse así; es algo inédito.

Sería fabuloso que no fuera inédito, o que no ocurrieran accidentes de esta naturaleza, sería mejor, pero ya que suceden, es hermoso observar cómo alguien no necesita elementos externos para lograrlo, sólo su propio ímpetu, su propia fuerza. Y tal como el fisiatra que atendió a Daniela le dijo "Tu vida va a ser lo que tú quieras hacer de ella" es una frase que podríamos internalizar, es decir, esforzarnos cada día por ser mejores, romper los esquemas y entender que ser mejores no es una tarea difícil, sólo bastan las ganas...

Daniela siempre dijo: “Mis metas siguen siendo las mismas que tuve antes del accidente”, "Sé que los caminos que debo recorrer serán distintos a los que tenía planeados, probablemente serán más largos, pero eso no significa que no llegaré a donde me lo proponga. Sólo tengo que esforzarme".

martes, 16 de febrero de 2010

LA HISTORIA DE UNA CHICA QUE ELIGIÓ VIVIR

Una joven se sobrepuso al trauma causado por un terrible accidente. “Esta es una historia feliz”, dice.




Camina con confianza, por los pasillos del Instituto de Rehabilitación Infantil, en Santiago de Chile, a pesar de una leve renguera. En esta ciudad de seis millones de habitantes, incluso en toda la Nación, la conocen muy bien con apenas sus 27 años de edad. Daniela García es autora del éxito de ventas “Elegí vivir”, y se niega a ser reconocida sólo como “la chica que sufrió el terrible accidente”. Ni le gusta que describan lo que le ocurrió como una tragedia. “Esta es una historia feliz”, dice.

No le molesta que sus jóvenes pacientes, muchos de los cuales padecen discapacidades importantes o enfermedades como distrofia muscular, la miren fijamente con curiosidad. Sabe que su condición significa que ellos también tendrán que encontrar su propio valor y resistencia, a medida que su vida se desenvuelva. Ni le importa que le pregunten, con la natural franqueza de los niños: “¿Por qué rengueas? ¿Por qué tienes ganchos en vez de manos?”. “Me gusta. Crea un vínculo entre nosotros”, dice ella.

Hasta el 30 de octubre de 2002, Daniela García llevó la vida cómoda y despreocupada, de una joven educada en el seno de una familia de la clase alta y culta de Chile. Excelente estudiante con altas calificaciones, le encantaba la biología e ingresó en la Facultad de Medicina de la PUC. En la última semana de ese octubre, Daniela tenía 22 años y cursaba el último mes de su cuarto año. Tenía un novio formal desde hacía cuatro años, Ricardo Strube, un joven buen mozo y atlético.

Por ese tiempo, se acercaban los calurosos días del verano y estaban a punto de iniciarse los exámenes finales. También era la época de los Juegos Inter-Escuelas de Medicina, tradición competitiva anual en la que participan casi todos los estudiantes de medicina del país. Ese año se iba a realizar en Temuco, ciudad de 260.000 habitantes, situada a unos 250 km al sur de Santiago. Pero ella no estaba segura de querer asistir. Le preocupaba un próximo examen de Dermatología, una de sus mejores amigas no iría, y el viaje hasta allí era caro e implicaba unas cuantas horas en tren, y de noche. Además tenía un extraño y desagradable presentimiento respecto del viaje.

Durante varios días sus compañeros le insistieron en que los acompañara: necesitaban su habilidad de futbolista en el equipo. Por fin cedió. Sin embargo, cuando llegó a la estación central del ferrocarril aquel miércoles por la noche, su miedo sólo aumentó. El sistema nacionalizado de ferrocarriles había dispuesto trenes adicionales, con vagones viejos. A Daniela no le gustaba cómo se veían las ventanillas sucias y la pintura descascarada. Calmate, se dijo. El ferrocarril es seguro.


Cuando el tren empezó a dirigirse hacia el sur, los estudiantes sacaron guitarras y empezaron a cantar y a bailar. “Bailá con nosotros”, le pidieron con insistencia unos amigos. Pero esa noche no tenía ganas. Se quedó sentada y trató de mirar el paisaje. A eso de las 10, poco más de una hora después del inicio del viaje, dos amigos le pidieron que los acompañara a otros vagones para ver si conocían a algunos de los estudiantes a bordo. Mientras caminaban de un vagón a otro, un amigo iba delante y otro detrás de ella. Las luces de techo estaban fundidas y era difícil ver. Daniela no sabía que no estaba en su lugar la pasarela que normalmente cubre los huecos entre los acoplamientos de los vagones. El tren entró en una larga curva y la brecha se ensanchó aún más.

Daniela dio un paso y sintió que caía al vacío. Los amigos de Daniela notaron que de pronto había desaparecido. Un pasajero que fumaba al lado dijo, “¡Oigan, esa chica se acaba de caer!”.

Daniela tuvo la sensación de que tiraban de ella de un lado a otro. Luego, como si despertara de un sueño desorientador, se encontró en medio de las vías en una noche oscura.

No sentía dolor, pero tenía sangre que brotaba de una lastimadura pequeña y profunda sobre el ojo izquierdo. Movió la mano izquierda para retirar el pelo de los ojos. No pasó nada. Lo intentó de nuevo, y nada. Desconcertada, levantó la cabeza y miró: no estaba su mano izquierda. Luego miró el otro brazo y el horror aumentó: también estaban cercenados la mano y el antebrazo derechos. Las heridas abiertas sangraban intensamente. Intentó moverse y una oleada de dolor le traspasó el cuerpo.

A Daniela no le gusta recordar lo que vio a continuación. Tenía la pierna izquierda amputada entre la cadera y la rodilla. Le faltaba una parte de la pierna derecha. Era casi insoportable ver que tenía las cuatro extremidades afectadas.

Se dio cuenta de que podría pasar otro tren en cualquier momento. Tenía que apartarse de las vías y conseguir ayuda cuanto antes, o moriría. De alguna manera, a pesar de las lesiones masivas y el dolor, logró levantar la espalda y separarse de las vías dándose vuelta. Sin embargo, ya no pudo moverse más. Empezó a gritar: “¡Ayúdenme! ¡Por favor, ayúdenme!”. Por casualidad, en ese momento, Ricardo Morales, un trabajador rural, paseaba por allí, escuchó el grito y corrió hacia ella.

“No te muevas. Buscaré ayuda”, dijo asustado. Corrió al teléfono público que había en la estación de servicio. Cuando vio a Morales y escuchó su voz, Daniela sintió la primera oleada de esperanza; sin embargo, mientras esperaba a que volviera, empezó a desvanecerse. No debo perder la fe, se dijo.

Los Servicios de Emergencia de Rancagua enviaron una ambulancia en 4 minutos. El paramédico Víctor Solís no abrigaba mucha esperanza de que encontraran a la víctima con vida. Cuando llegaron la chica gemía. A pesar de haber perdido una enorme cantidad de sangre, Daniela permanecía lúcida. Incluso empezó a recitar su nombre, el de sus padres, sus números telefónicos y los de sus tíos. “¡Shhh! Guarde silencio. Mantenga la calma”, dijo el médico. Los demás llegaron corriendo por las vías con una camilla rígida y más equipo.

“¿Está muerta?”, preguntaron. "¿Estoy muerta?", se preguntó Daniela. No, no podía ser.

“¡No estoy muerta!” gritó Daniela, y su fuerza sobresaltó a los médicos.

El equipo trabajó con celeridad; sobre todo detuvieron las hemorragias en cada miembro. En eso oyeron un retumbar y sintieron vibrar las vías: venía otro tren. Quedarse con ella sería arriesgado, pero tampoco tenían tiempo para sacarla de allí.

“Se acerca un tren”, le comunicó Solís. “Tenemos que irnos. Regresaremos de inmediato”.

“¡No me dejen!”, gritó Daniela, mientras el equipo se ponía a salvo justo a tiempo.

Daniela sintió el estremecimiento y el golpe del viento cuando el tren pasó casi por encima de ella. Le parecía que nunca terminaría de pasar. A un costado, sin poder verla, Solís también tuvo la impresión de que el tren era infinito. En cuanto terminó, corrieron de nuevo al lado de la chica, y vieron con alivio que había sobrevivido. La subieron a la ambulancia y llegaron al hospital rápidamente. A todas las personas que veía, ella les preguntaba: “¿Voy a estar bien?”. Recién en un ascensor, camino al quirófano para operar sus extremidades cercenadas, un doctor le contesto con tranquilidad: “Vas a estar perfectamente”. Por primera vez desde el accidente, Daniela pudo por fin tranquilizarse. Hice todo lo que pude. Está en las manos de los médicos, pensó. Ahora sólo deseaba descansar. Cerró los ojos.

El llamado telefónico de Rancagua al hogar de los García llegó un poco después de las 11 de la noche. El hospital se negaba a proporcionarles detalles, pero les dijeron que debían acudir de inmediato. Llegaron luego de un viaje que tardó una hora.

Mientras tanto Ricardo, el novio de Daniela, recibió un llamado de unos amigos que iban en el tren. Cuando Daniela desapareció, algunos intentaron detener el tren, le dijeron, pero el personal no creía que alguien pudiera haberse caído. Un familiar lo llevó al hospital donde se unió a la familia.

A los días Daniela fue trasladada a Santiago. Pasó seis semanas en el hospital con visitas diarias de Ricardo, la familia y amigos. Lo más difícil de la curación fue manejar el dolor y las sensaciones fantasmas de sus extremidades cercenadas. Con el tiempo, por medio de la meditación y el reiki —terapia japonesa que pretende manipular los campos energéticos del organismo— aprendió a atenuar y controlar las respuestas nerviosas la mayor parte del tiempo.

El padre de Daniela buscó el mejor lugar que pudiera proveerle prótesis a su hija y ofrecerle la extensa rehabilitación que requeriría. Optó por el famoso Instituto de Rehabilitación Moss, de la Universidad Albert Einstein, en las afueras de Filadelfia, Pensilvania. Daniela llegó un nevado sábado de febrero para una estancia de seis semanas. Todos los días trabajaba con un equipo de para aprender a caminar, alimentarse y llevar a cabo otras actividades de la vida cotidiana con extremidades artificiales.

Daniela estableció un vínculo especial con el jefe de la unidad, el doctor Alberto Esquenazi. No sólo hablaba español, sino que había perdido la mano derecha en una explosión de laboratorio. En su lugar había un gancho plateado que usaba con toda naturalidad. Eso le daba esperanza.

Apenas cuatro días después de llegar y dos después de que el equipo de prótesis le tomara medidas, vio su primer par de piernas artificiales. Cuando le sujetaron una pierna y la fisioterapeuta María Lucas la ayudó a ponerse en posición vertical, sintió pura alegría. Por primera vez desde el accidente, pudo mirar a otra persona a los ojos. Lloró de felicidad. Tenía mucha fortaleza y determinación.

Logró avances extraordinarios, y pronto aprendió la técnica de usar los músculos de la espalda, conectados a cables, para abrir y cerrar los ganchos de las manos. Al poco tiempo sostenía y manipulaba objetos. Se volvió tan experta que pudo aplicarse hábilmente el maquillaje de los ojos y tejer. Con todo, el equipo se preocupó ante la posibilidad de que estuviera al borde de una crisis. Se mostraba demasiado optimista. Sin embargo ya allí ella se dio cuenta de que las cosas jamás volverían a ser igual que antes, y a veces le corrían las lágrimas al verse obligada a aceptar esa realidad.

El doctor le dijo: “Siempre vas a extrañar tus manos. Nada de lo que hagamos aquí remplazará jamás lo que perdiste. Sin embargo, tenés opciones. Podés esconderte en un rincón y jamás salir, o podés aceptar el desafío y aprender a hacer tu mejor esfuerzo con lo que tenés”. Daniela sabía que tenía razón y a pesar de sus momentos de tristeza, se entregó con todas sus fuerzas a la fisioterapia.

Ella decidió aferrarse a las palabras de Esquenazi: “Tu vida será lo que hagas con ella”.

Después de seis semanas en el Instituto Moss, voló a Santiago con su familia. Ricardo la esperaba en el aeropuerto. La vio por primera vez cuando se dirigía hacia él con sus nuevas prótesis, y su característica sonrisa enorme y entusiasta. Fue un encuentro jubiloso, y las dudas respecto a si podía permanecer a su lado se borraron por completo.

Unos cuantos meses después, Daniela regresó a Moss por otro período, para afinar sus prótesis y aprender a manejar un auto nuevamente. Tuvo un momento de intensa alegría cuando aprendió el delicado equilibrio de andar en bicicleta con sus miembros artificiales.

Casi al año exacto de su accidente volvió a ingresar en la Facultad de Medicina, decidida a no aceptar ningún trato especial y a prosperar o a fracasar de acuerdo con sus propias habilidades. Sería una especialista en rehabilitación, como el doctor Esquenazi. Con compromiso logró mejores calificaciones que nunca, y con el tiempo se convirtió en la primera médica amputada cuadrilateral en el mundo.

En noviembre de 2003, tras un episodio en el cual gracias a su presencia, un programa de televisión logró recaudar los fondos necesarios para niños enfermos, Daniela decidió que aunque no fuera escritora, quería narrar su historia a su manera. Poco a poco, redactando breves pasajes en sus ratos libres, relató los detalles del accidente y de su rehabilitación, apretando letra por letra en su computadora. Una mañana despertó con la compulsión de que tenía que terminar el libro. No estaba segura de que se lo publicarían, pero deseaba intentarlo. Se asombró cuando la renombrada casa editorial Random House adquirió los derechos. La primera edición de “Elegí vivir” se agotó rápidamente. Para el 2008 se encontraba en su decimocuarta edición. Ella se había convertido en un personaje muy conocido y en una sensación literaria.

Ahora personas a todo lo largo de Chile le envían cartas para decirle cómo su historia las ha inspirado y les ha infundido valor para encarar los retos de su propia vida, para aprovecharla al máximo independientemente de lo que les depare el destino, para buscar la felicidad. Daniela guarda todas las cartas en un baúl especial, su baúl de la felicidad. “Escribí el libro porque me resultó terapéutico. Me ayudó a aliviarme. No sabía que ayudaría a tantas otras personas y eso es muy especial para mí”.

Ahora nota que es poco lo que no puede hacer. Unas perillas especiales en el volante le permiten manejar su camioneta. Le gusta pasear en bicicleta. Adora cocinar. Incluso puede sentir en cierta forma con sus ganchos, como cuando palpa un abultamiento debajo de la piel de sus pacientes.

“Es una sensación distinta. No es realmente sentir, pero percibo algo. Los seres humanos tienen la capacidad de compensar y el cerebro aprende a interpretar la información. No puedo explicarlo, pero realmente siento con los ganchos”.

Su relación con Ricardo ha ido viento en popa. En marzo de 2007, después de que la pareja hiciera un viaje a Europa, él le propuso matrimonio. Lo había planeado desde hacía meses. “Para ser sincero, cuando ocurrió el accidente no sabía cómo nos afectaría, qué haría con nuestra relación. Si Daniela se hubiera lamentado todo el tiempo por lo que había perdido, tal vez yo no hubiera podido soportarlo. Pero ella no se comportó así de ninguna manera. No ha permitido que el accidente la defina o la limite. Supe que deseaba pasar el resto de mi vida con ella”. En septiembre de 2007, delante de 300 familiares y amigos, la pareja se casó y luego bailaron toda la noche. Pronto, planean iniciar una familia.

Las metas de Daniela ahora son las mismas que antes del accidente: ser una buena médica de rehabilitación tanto en sus conocimientos profesionales como en su relación con los pacientes (ayudarlos a superar sus traumas y lesiones y readaptarse para vivir una vida plena), ser una esposa cariñosa y, algún día, madre.

Sin embargo, lo más importante es que quiere concentrarse no en lo que ha perdido, sino en su vida como un don maravilloso, fuente de felicidad, recordando siempre las palabras que le dijo el doctor Esquenazi cuando se conocieron: “Tu vida será lo que hagas de ella”.

miércoles, 10 de febrero de 2010

EL PRIMER ÁNGEL DE APOCALIPSIS 14:6,7 (1)



“Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente” 2 Pedro 1:12).

Cristo viene por segunda vez con poder para salvación. Ha enviado los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero para preparar a los seres humanos para dicho acontecimiento. Estos ángeles representan a los que reciben la verdad y presentan el Evangelio al mundo con poder (Carta 79, 1900).

El capítulo 14 del Apocalipsis es del más profundo interés. Pronto será comprendido en todos sus alcances, y los mensajes dados a Juan el revelador, serán repetidos con claridad. (Review and Herald 13-10-1904)

Primer Ángel Apocalipsis 14: 6,7

14: 6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

Por en medio del cielo. La extensión de su vuelo indica los alcances mundiales de la obra y el mensaje de este ángel. Su obra crece y se desarrolla hasta que la ve y la oye toda la humanidad. En la profecía del mensaje angelical de este capítulo 14, se predice un gran despertar religioso bajo la influencia de la proclamación de la próxima venida de Cristo. El vuelo del ángel “en medio del cielo” y la “gran voz” (verso 7) con la que se iba a dar la amonestación, y su promulgación a todos los que habitan la tierra, son prueba de la rapidez y extensión universal del movimiento. Estamos viviendo la era de las comunicaciones, la televisión, radio, internet, las imprentas, la comunicación vía satélite; Todos estos medios se aplicarían para poder proclamar el evangelio a todo el mundo. “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12: 4). No hay duda de que estamos viviendo el tiempo del fin.

Ángel. Esta es una visión simbólica. El ángel representa a los santos de Dios ocupados en la tarea de proclamar el Evangelio eterno, especialmente los asuntos mencionados en este versículo, en un tiempo cuando la hora del “juicio ha llegado” (vers. 7). Por supuesto, también es cierto que ángeles literales ayudan a los hombres en la tarea de proclamar el Evangelio, pero esta no es la idea que predomina aquí.

Evangelio. La palabra “evangelio” originalmente se refería a la “buena noticia” de que ciertamente el Mesías había venido a la tierra, como fue predicho por lo profetas. Después el término fue aplicado al relato de la vida de Jesús, y posteriormente a los diversos documentos, o Evangelios, en los que está preservado ese registro. El evangelio es el mensaje que proclama el cristianismo: salvación por medio de Jesucristo. Estas “buenas noticias” fueron reveladas en embrión desde el principio (Génesis 3:15; 12:3), pero más ampliamente lo hicieron los escritores bíblicos posteriores, especialmente Isaías, a quién a veces se lo llama el profeta evangélico. Jesús anunció su ministerio al pueblo de su aldea de Nazaret con las palabras de Isaías 61: 1,2 “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor (Lucas 4: 18,19). Las “buenas nuevas” se describen como “el evangelio de Cristo”, “el evangelio de Dios” y “el evangelio de la gracia de Dios” o “el evangelio del reino de los cielos” o “del reino de Dios”.

Cristo ordenó predicar el evangelio “a toda criatura” (Marcos 16: 15,16). La predicación del “evangelio del reino” a todo el mundo es una de las señales de la venida de Cristo. Juan vio a un ángel con el “evangelio eterno” para predicarlo a “toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6).

Las buenas nuevas son que Jesús decidió sufrir las consecuencias de nuestra culpa, de manera que todos los que lo aceptaran pudieran vivir eternamente. El plan de salvación se ideó con el fin de restaurar la imagen de Dios en el hombre, la que fue estropeada por el pecado.

Eterno. Evangelio eterno sólo se usa aquí en relación con el Evangelio de la gracia de Dios, pues no hay sino un solo Evangelio para salvar a la humanidad, el cual continuará hasta que haya gente que salvar. Nunca habrá otro Evangelio igual.

Moradores de la tierra. Aquí se presenta una proclamación mundial del Evangelio.

Toda nación. La universalidad del mensaje se destaca con esta frase.

14:7 Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio a llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Temed. “Reverenciar”. No significa aquí sentir temor de Dios, sino acercarse a él con reverencia y respeto. Incluye el pensamiento de absoluta lealtad a Dios, en una sumisión completa a su voluntad. El sentimiento de temor reverente que el hombre debería sentir por la majestad, el poder y la posición exaltada de su divino Hacedor; incluso podría significar la reacción más extrema del temor reverencial, mezclado con el terror que un hombre mortal naturalmente sentiría cuando está en la inmediata presencia de Dios. Esta clase de temor, por supuesto, no debe ser incluida en la emoción dañina, sino antes bien la recomendada en las Escrituras.

Dios. El mensaje de temer a Dios es especialmente oportuno en el período representado por la predicación de este ángel, porque los hombres se han entregado a la adoración de los dioses del materialismo y el placer y muchos otros que han inventado.

Gloria. Aquí significa sin duda “honor”, “alabanza”, “homenaje”, “estima”; las cualidades que producen honor o provocan admiración. En la alabanza que se ofrece a Dios, el término “gloria” se puede referir al honor y la estima que sus adoradores le atribuyen. Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios (Éxodo 33:18), su respuesta indicó que consideraba las virtudes y gracias de su carácter como su “gloria” especial (Éxodo 33:19; 34:6,7). Aquí la expresión “gloria” aparece significando expresiones de alabanza a Dios, en la que los hombres y los ángeles tributan honor y adoración. En 1 Corintios 10:31 dice: “Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Este concepto aclara que el primer motivo para que el cristiano viva en armonía con las leyes de Dios, debe ser promover el honor de Dios. Este motivo surge de su amor hacia Dios y su deseo de agradar a su Hacedor (ver Juan 14:15; 1 Juan 5:3). Todas las energías del alma deben usarse en provecho del reino de Dios, para así honrarlo.

1 Corintios 6: 19,20 señala “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros? Pues habéis sido comprados por precio, glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Glorificar a Dios en nuestros cuerpos significa cuidar de la mejor manera posible nuestro organismo.

En estos últimos días, la obra de Dios incluye enseñar a la gente a comprender los principios relativos a la salud. Debemos demostrar que si seguimos los caminos de Satanás y desobedecemos las leyes de Dios, ya sean físicas o morales, llegaremos a la enfermedad y la muerte, mientras que si seguimos el camino de Dios, llegaremos a la vida y la salud.

En general, por medio de las pequeñas decisiones que tomamos cada día, desarrollamos el carácter y nos preparamos para la eternidad. La santificación no es una mera teoría. Es vivir cada día, cada minuto, en tal forma que sabemos que estamos siguiendo la voluntad de Dios en todo. Cuando hacemos las cosas de acuerdo a propósitos correctos, a saber, darle gloria a Dios y no a nosotros mismos, estamos viviendo vidas santas y justas. Esa es la santificación a la que se refería Pablo al decir: “Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).

Todos los hombres pertenecen a Dios y todos son llamados a servirle, y en el día del juicio se requerirá de todos, que rindan cuenta de la forma en que hayan respondido a esa demanda a través de sus talentos. Los seguidores de Cristo han sido redimidos para servir. Al hacer una profesión de fe en Cristo, nos comprometemos a desarrollarnos, en la medida plena de nuestra capacidad, como obreros para el Maestro, y debiéramos cultivar toda facultad hasta el más elevado grado de perfección, a fin de que podamos realizar el mayor bien de que seamos capaces.

EL PRIMER ÁNGEL DE APOCALIPSIS 14:6,7 (2)



Hora. O “tiempo”, no una hora literal. “Hora de su juicio” se refiere al tiempo en sentido general, cuando se efectuará el juicio, y no necesariamente al momento exacto cuando comenzará el juicio. El mismo mensaje revela el tiempo en que este movimiento debe realizarse, pues anuncia el comienzo del juicio.

Juicio. El juicio que aquí se menciona fue el que comenzó en 1844, representado simbólicamente por la purificación del santuario terrenal. Puede deducirse que no se refiere al juicio ejecutivo cuando venga Cristo y todos recibirán su retribución, porque los mensajes de los tres ángeles (Apocalipsis 14: 6-12), preceden a la segunda venida de Cristo (versículo 14). Además, el mensaje concerniente al juicio es acompañado por una exhortación y una amonestación que revelan que el día de la salvación aún no ha pasado. Los hombres pueden aún buscar a Dios y escapar de la ira que vendrá.

La predicación de Guillermo Miller y sus colaboradores en el período desde 1831 hasta 1844, respecto a la terminación de los 2.300 días en 1844, puede considerarse históricamente como el comienzo de la predicación del mensaje del primer ángel. Pero ese mensaje ha tenido validez desde entonces, y continuará teniéndola hasta que caiga el telón que pondrá fin a la oportunidad de salvación para el hombre.

Daniel 8:14 “Hasta dos mil y trescientas tardes y mañanas; entonces el santuario será purificado”. Esta profecía es explicada por el ángel a Daniel en forma parcial, pero esclarece desde cuando comienza este período profético: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos” (Daniel 9: 25). Como los 2.300 días son el único período de tiempo mencionado en el capítulo 8, éste debe ser el período del que fueron descontadas las 70 semanas; las 70 semanas deben, por consiguiente formar parte de los 2300 días, y ambos períodos deben comenzar juntos. El ángel declaró que las 70 semanas datan del momento en que salió el edicto para reedificar a Jerusalén. Este decreto se encuentra en Esdras 7: 12-26. Fue expedido en su forma más completa en el año 457 AC. Al final de los 2.300 años, en 1844, se inicia la purificación del santuario, o sea la hora del juicio investigador, y el triple mensaje de apocalipsis 14: 6-12 es proclamado a todo el mundo antes de la segunda venida de Cristo a esta tierra.

Si hay un juicio, entonces también hay una ley por la cual seremos juzgados. Sin ley no hay juicio. “Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad” (Santiago 2:12) El deseo de llevar una religión fácil, que no exija luchas ni desprendimiento, ni ruptura con las locuras del mundo, ha hecho popular la doctrina de la fe, y la fe sola, pero el apóstol Santiago declara “Hermanos míos ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (Santiago 2: 14) “Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?” (Santiago 2:20).

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y cree en el evangelio” (Marcos 1:14,15). Los que desean participar de los beneficios de la mediación del Salvador, no deberían consentir en que nada interviniera para impedirles cumplir con su deber de perfeccionarse en la santificación en el temor de Dios. Jesús ha abierto el camino que lleva al trono del Padre, y por su mediación pueden ser presentados ante Dios los deseos sinceros de todos los que vienen a él con fe. “El que encubre sus transgresiones, no prosperará; mas el que las confiesa y las abandona, alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13). Si los que esconden y disculpan sus faltas pudiesen ver como Satanás se alegra de ello, se apresurarían a confesar sus pecados y a renunciar a ellos. De los defectos de carácter Satanás se vale para dominar toda la mente, y sabe muy bien que si se acarician estos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los discípulos de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús aboga en su favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y declara a todos los que quieran seguirle: “Bástate mi gracia” (2 Corintios 12:9). Nadie considere, pues, sus defectos como incurables. Dios concederá fe y gracia para vencerlos.

El enemigo trabaja para ejercer influencia sobre nuestras actitudes. Intenta abrumarnos con sentimientos de culpa, preocupación, ira, depresión y otros sentimientos negativos. Con la ayuda de Dios debemos contrarrestarlos con actitudes y sentimientos positivos, como ser el amor, la alegría, la paz y la confianza en Dios. Estas actitudes son necesarias para la salud y la curación física y mental.

En la parábola del vestido de bodas el casamiento representa la unión de la humanidad con la divinidad; el vestido de bodas representa el carácter que todos deben poseer para ser tenidos por dignos convidados a las bodas. Únicamente el manto de la justicia de Cristo puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo coloca este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente. Los que rechazan la justicia de Cristo están rechazando los atributos de carácter que harían de ellos hijos e hijas de Dios. Están rechazando lo único que podría capacitarlos para ocupar un lugar en la fiesta de bodas.

En el juicio se examinará el empleo que se haya hecho de cada talento. ¿Cómo hemos empleado el capital que el cielo nos concediera? ¿A su venida recibirá el Señor lo que es suyo con interés? ¿Hemos perfeccionado las facultades que nos fueran confiadas a nuestras manos, a nuestros corazones y a nuestros cerebros para la gloria de Dios y provecho del mundo? ¿Cómo hemos empleado nuestro tiempo, nuestra pluma, nuestra voz, nuestro dinero, nuestra influencia? ¿Qué hemos hecho con Cristo en la persona de los pobres, de los afligidos, de los huérfanos, o de las viudas? Dios nos ha hecho depositarios de su santa Palabra; ¿Qué hemos hecho con la luz y la verdad que nos han sido dadas, para hacer a los hombres sabios para la salvación? No se da ningún valor a una mera profesión de fe en Cristo; sólo el amor que se muestra en las obras se tiene por amor de buena ley. Con todo, el amor es lo único que ante los ojos del cielo da valor a un acto cualquiera. Todo lo que se hace por amor, por insignificante que parezca en opinión de los hombres, es aceptado y recompensado por Dios.


EL PRIMER ÁNGEL DE APOCALIPSIS 14:6,7 (3)



Adorar. “Rendir homenaje”. La adoración a Dios contrasta con la adoración de la bestia (capítulo 13: 8,12) y su imagen (versículo 15). En la crisis que pronto vendrá, los habitantes de la tierra tendrán que escoger, como lo hicieron los tres fieles hebreos de la antigüedad, entre el culto al verdadero Dios y el culto a los dioses falsos (Daniel 3). El mensaje del primer ángel tiene el propósito de preparar a los seres humanos para que hagan la debida elección y permanezcan firmes en el tiempo de crisis. Implica rendir obediencia; actitud de humildad, reverencia, honor, devoción y adoración que señalan adecuadamente las relaciones entre los seres creados y su Creador, particularmente en su presencia. La Biblia enseña que tal adoración es debida solo al único Dios verdadero. Un estricto monoteísmo ha de caracterizar el culto de quienes honran al verdadero Dios. Además, Dios es espíritu (Juan 4:23,24) por lo que se prohíbe al hombre adorarlo mediante representaciones materiales (Deuteronomio 4:12, 15-19).

La clase de adoradores que sigue el ejemplo de Caín abarca la mayor parte del mundo; pues casi todas las religiones falsas se basan en el mismo principio, a saber que el hombre puede depender de sus propios esfuerzos para salvarse. Afirman algunos que la humanidad no necesita redención, sino desarrollo, y que ella puede refinarse, elevarse y regenerarse por sí misma. La historia de Caín demuestra cual será el resultado de esta teoría. La verdadera fe y adoración se manifestará mediante la obediencia a todos los requerimientos de Dios. Desde los días de Adán hasta el presente, el motivo del gran conflicto ha sido la obediencia a la ley de Dios. En todo tiempo hubo individuos que pretendían el favor de Dios, aun cuando menospreciaban algunos de sus mandamientos. Pero las Escrituras declaran: “El que dice, yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4).

“Por la fe Abel ofreció a Dios mayor sacrificio que Caín” (Hebreos 11:4). Abel comprendía los grandes principios de la redención. Veía que era pecador, y que el pecado y su pena de muerte se interponían entre su alma y la comunión con Dios. Trajo la víctima inmolada, la vida sacrificada, y así reconoció las demandas de la ley que había sido quebrantada. En la sangre derramada contempló el futuro sacrificio, a Cristo muriendo en la cruz del Calvario; y al confiar en la expiación que iba a realizarse allí, obtuvo testimonio de que era justo, y de que su ofrenda había sido aceptada.

Hizo el cielo y la tierra. El creador del universo es el verdadero y único objeto de adoración. Ningún hombre ni ningún ángel es digno de adoración. Esta prerrogativa sólo pertenece a Dios. El poder de crear es uno de los rasgos distintivos del verdadero Dios, en contraste con los dioses falsos. La exhortación a adorar a Dios como el Creador ha llegado a ser especialmente oportuno desde los años siguientes a la predicación inicial del mensaje del primer ángel, debido a la rápida propagación de la teoría de la evolución. Además, la exhortación a adorar a Dios como el Creador de todas las cosas, indica que debe prestarse la debida atención al monumento que recuerda las obras creadas por Dios: el sábado del Señor (Génesis 2: 1-3; Éxodo 20: 8-11). Si el sábado hubiese sido guardado como era el propósito de Dios, hubiera servido como una gran salvaguardia contra la incredulidad y la evolución. El sábado será un punto de especial controversia en la crisis final que se avecina (Apocalipsis 13: 16).

En el corazón mismo del decálogo se encuentra el cuarto mandamiento: “Acuérdate del día Sábado para santificarlo” (Éxodo: 20,8). El primer ángel exhorta a los hombre a que teman al Señor y le den honra y a que le adoren como Creador del cielo y de la tierra. Para poder hacerlo, deben obedecer su ley. El sabio dice: “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos, porque esto es la suma del deber humano” (Eclesiastés 12:13). Sin obediencia a sus mandamientos ninguna adoración puede agradar a Dios.

En el capítulo 14 de Apocalipsis se exhorta a los hombres a que adoren al Creador, y la profecía expone a la vista una clase de personas que, como resultado del triple mensaje, guardan los mandamientos de Dios. Uno de estos mandamientos señala directamente a Dios como Creador. El cuarto precepto declara: “El séptimo día será sábado a Jehová tu Dios… porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay; y en el día séptimo reposó; por tanto Jehová bendijo el día del sábado, y lo santificó” (Éxodo 20:10,11). Respecto al sábado, el Señor dice además, que será una “señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico” (Ezequiel 20:12). “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14: 12).

La importancia del sábado, como institución conmemorativa de la creación, consiste en que recuerda siempre la verdadera razón por la cual se debe adorar a Dios; porque él es el Creador, y nosotros somos sus criaturas. El sábado está, por consiguiente, a la base misma del culto divino, pues enseña esta gran verdad del modo más contundente como no lo hace ninguna otra institución.

La observancia del sábado es señal de lealtad al verdadero Dios, el que hizo el cielo y la tierra, el Dios Creador. Resulta, pues, que el mensaje que manda a los hombres adorar a Dios y guardar sus mandamientos, ha de insistir especialmente en la observancia del cuarto mandamiento.


jueves, 4 de febrero de 2010

miércoles, 3 de febrero de 2010

CURSO DE INGLES













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lunes, 1 de febrero de 2010

LUZ GIGANTE


Para mí fue una gran aventura entrar a las famosas cuevas o grutas subterráneas de Cocahuamilpa, cercanas a la Ciudad de México. El guía fue señalando las diversas estalactitas y estalagmitas, esas protuberancias caprichosas y atrayentes que pendían de la bóveda de la caverna o que sobresalían del suelo. El sendero era angosto y resbaladizo.

De pronto, tras una breve advertencia, el guía desconectó el sistema de iluminación. Sentimos inmediatamente el peso de la más densa oscuridad. Las sombras se tornaron impenetrables. Comprendimos que sin el auxilio de una lámpara o linterna, sería imposible para cualquier persona alcanzar la superficie de la tierra. Los intrincados laberintos y recovecos de la gruta, constituían una trampa sin escapatoria. Felizmente, en seguida se encendieron las luces.

La mayor necesidad que tiene el ser humano, es de una luz que ilumine su existencia. Las sombras más angustiosas, no son las que impiden nuestra visión física, sino las que anulan nuestra visión espiritual. Con frecuencia, la senda de la vida se complica de tal forma, que no sabemos cuál debe ser nuestro próximo paso. Azotados por la confusión, se paraliza nuestra mente sin saber a dónde ir. Y se levantan las grandes preguntas: ¿Por qué vivo? ¿Cuál es mi destino y el futuro de este mundo? Si Dios es bueno, ¿por qué hay tanto dolor y sufrimiento? ¿Qué debo hacer para lograr la paz y el éxito en mi vida?


Frente a todas estas dudas que ensombrecen el alma, hay una respuesta inspirada que presenta la luz indispensable para todo ser humano. Es la que señala el salmista David al decir: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmos 119:105).

Sí, la Palabra de Dios es la gran fuente de luz espiritual. Es el único libro que resuelve los grandes dilemas del ser humano. Es el libro de las respuestas.

El reconocido historiador César Cantú declaró: “Observamos que la Biblia es el libro de todos los siglos, de todos los pueblos y de todas las situaciones; que tiene consuelo para todos los dolores, cánticos de alegría para todos los placeres, verdades para todos los tiempos”.


Y Gabriela Mistral, la poetiza chilena laureada con el Premio Nobel de Literatura, escribió en un ejemplar de la Biblia las siguientes palabras: “Libro mío, libro en cualquier hora, bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero”.

La grandeza, la hermosura y el valor de las Sagradas Escrituras, han sido ensalzados por incontables escritores, estadistas, religiosos y hombres de ciencia. Pero el dulce cantor de Israel, el salmista David, lo hizo en forma insuperable: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos” (Salmo 19: 7,8).


Dr. Milton Peverini.