viernes, 28 de noviembre de 2008

SOY FELIZ

Bueno, mi nombre es Johanna y me encuentro muy feliz, porque gracias a Dios me encuentro bien y mi familia también. Quiero contarles que el dìa de mi bautismo me sentí muy orgullosa de mi, por haber tomado esta decisión, de abrir mi corazón para nuestro Señor.
Ahora quiero seguir aprendiendo más de El. Yo todas las noches me arrodillo y le pido por mi familia, mi hijo y por todos los que me rodean. Doy gracias a Dios por darme la oportunidad de un cambio. Que Dios los bendiga.

Mi nombre es Yasna y estoy muy agradecida de haberme reconciliado con Dios, ya que yo muchas veces renegué contra El, pero ahora que estoy privada de libertad, siento que Dios ha estado conmigo en todo momento, y que nunca me ha dejado sola. Le doy gracias a Dios por todo, ahora que conocí su amor, El todos los días me llena de bendiciones. Gracias Señor.

Sandra. Doy gracias a Dios por tocarme y sentir a nuestro Señor Jesucristo, por darme fuerza y valor para seguir adelante y el milagro más lindo de mi vida que ha sido a mis 30 años, que me bauticé decidida a todo, en especial a entregarle mi vida a Dios, porque El es todo para mi, para mis dos hijos, para mi demás familia que El es el único que nunca me abandona hasta mi muerte, y mi mayor bendición y mi regalo fue el día de mi bautismo. Me siento tan feliz, a pesar que nunca va a poder venir mi familia, pero soy feliz, muy feliz. Amén. Gracias Señor Jesucristo. Amén.

Yo soy Olga , gracias a Dios estoy bien. El inicio para mi fue difícil, solo me sentía bien al leer (la Biblia). Sé que yo no soy muy buena para leer y sé que mi familia está bien y yo igual, gracias a Dios. Sigo leyendo, no mucho, poquito. Cuando me siento triste es un consuelo para mi conversar con Dios; me pongo a hablar como una alocada y me siento bien tranquila.

Yo soy Roxana. Soy boliviana y tengo 22 años. Quiero contarles que yo toda mi vida crecí sola, quizá por eso yo era muy desordenada en la calle. No me importaba nada. En tres oportunidades quise quitarme la vida, pero yo no me daba cuenta que Dios estaba ahí conmigo. Ahora tengo una hija de tres años, la cual no veo hace un año y me siento muy triste. Quiero y estoy cambiando. Ahora que asisto al culto todos los sábados, siento que ya no estoy tan sola, y hay alguien que me quiere y me siento más confiada. Que Dios los bendiga. Chao

Yo, Faning quiero contar que conocí a Dios y que su inmenso amor me ha hecho sobrellevar esta dura consecuencia de mis actos, pero con la ayuda de Dios me siento bien, a pesar de encontrarme en este lugar, y estoy muy agradecida, ya que con su infinita misericordia, mis hijos están bien.

Gregoria. Yo le doy gracias a Dios porque he conocido en esta cárcel a Dios, con mucho amor y harta paciencia. Y mucho fue el saber que todos mis hijos están bien de salud y sé que Dios siempre está con ellos. Siempre encomiendo a Dios todos mis problemas. Gracias Señor Jehová.

Yo, Mercedes les quiero contar que conocí al Señor y en el nombre del Señor les quiero decir que estoy muy feliz y soy la madre más feliz por estar con Dios.

Soy Sonia. Quiero contar que estoy en prisión por los seres humanos, aunque me siento libre ante Dios. Hermanos míos, yo quisiera que oren por mi familia: Sonia y Pablo, hijos Nátali y Gladis; Juan, Paola, Noelia, José. Me despido atentamente.

Hola hermanos de la iglesia adventista y al Pastor. Dios los bendiga todos los días. Bueno, me llamo Yaneth y les escribo dándoles las gracias a Dios, al Hermano Sergio, Rubén y a la hermana Blanca por sacarme las vendas de mi ceguera. Yo estoy presa en la cárcel de Arica y condenada a 10 años más 2 días. Soy peruana, de Lima. Tengo tres hermosos hijos y a mi madrecita. Bueno, como ustedes sabrán que voy a cumplir tres años sin poder ver a mis hijos y no poder abrazarlos, besarlos.
Soy una mujer humilde, pero cuando estaba libre yo mandaba en mi casa y cometía muchos errores y les decía a mis hijos: “Esto tiene que ser así y no desobedezcan”. Me creía que yo era como que era la máxima, la que tiene el poder, pero no me daba cuenta que ellos tenían un sentimiento y que yo debería escucharles y entenderlos y dejar que se desenvuelvan. Ese era el error más grande. Digo, sería porque yo era papá y mamá y esposo de mamá. Me sacrificaba para mantenerlos hasta que cometí el error de trabajar en el tráfico y llegué acá donde estoy. Solo quería morirme que dije ¿dónde está Dios? ¿cómo hablan que hay un Dios que cuida a sus hijos? Me enojé con El y pensaba cortarme las venas y morir sangrando, ya que perdí a mis hijos y madre. Para que vivir. Y ahí llegaron estos tres ángeles que son la hermana Blanca, el hermano Rubén y el hermano Sergio, que me hablaron de un Jesús vivo que llenó mi corazón de amor. Ellos todos los sábados viene a traernos alegría, amor, fuerzas, paciencia, porque nos enseñan a creer en Dios y alimentarnos de la Palabra. ¡Que delicioso! Y nos traen noticias de nuestros seres queridos, nos traen útiles de aseo. Somos 12 hijas en Cristo que estamos agradecidas de ustedes y de Dios. Y lo más hermoso es que aprendí a ser una buena madre, hija y hermana. Y Dios me bendice de muchas formas. No sabía ni entender la Biblia, pero con oración aprendí que ahora soy la líder del grupo. Quiero que ustedes, miembros de la iglesia, oren mucho por mi, para que Dios me lleve a casa, porque mi madre y mis hijos me necesitan como yo necesito a Dios. Todos los días estudio la guía de estudio y oro para no dar marcha a tras, sino seguir a Cristo. Si les escribo es porque en estas dos semanas estudiamos la historia de Pedro y es como un poco de mi, que Dios me está puliendo para el bien y olvidarme del mal. Estoy alegre que hasta en la radio escucho el estudio que hacemos y me llena de gozo. Tengo mucho que contar, pero algún día saldré y daré el testimonio. Ahora les escribo algo de agradecimiento a mis hermanos que nos ayudan dentro de esta cárcel. Me despido con mucho cariño. Abrazos a todos. Gracias hermanos. Su hermana Yaneth

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