Pregunta 1: ¿Por qué desestimar
la versión de que Daniel y sus amigos hebreos no fueran realmente eunucos, en
el sentido literal y físico, es decir, castrados?
El comentario Bíblico Adventista t. 4, p. 785, señala que “no puede darse una respuesta categórica a la
pregunta de si se refiere el término “eunuco” (heb. Saris) en Daniel 1:3 en
sentido literal o físico de la palabra, es decir que habían sido castrados, o
si se refiere de manera general para designar cualquier tipo de funcionario
real”. Lo mismo refrenda El Diccionario Bíblico Adventista T. 8 al definir
la palabra “eunuco”. “El término llegó a ser sinónimo de
“oficial” o “funcionario”, y ocasionalmente habría sido usado para hombres que
estaban en la plenitud de su virilidad”.
Y la biblia Dios Habla Hoy, en su glosario de términos señala que “En un principio se designaba así generalmente
al hombre que había sido castrado para servir principalmente como guardián de
las mujeres de su amo. Pero los eunucos
llegaron a tener tanta importancia en las cortes de los reyes antiguos, que al
parecer el término dejó de usarse exclusivamente en un sentido literal y pasó a
significar también un alto funcionario de toda confianza del rey, estuviere o
no realmente castrado. En S. Mateo 19: 11,12 la palabra eunuco… se emplea
también en sentido figurado, aplicándolo a los que permanecen sin casarse.
Pregunta 2: Si Daniel y sus
amigos eran eunucos literales y físicos, ¿cómo entenderíamos las declaraciones
de la lectura de Profetas y Reyes y del libro La Edificación del Carácter, de
Elena de White, en que señala que la
pureza y el dominio propio de estos jóvenes,
para no contaminarse con la lujuria y las tentaciones sensuales, fue
producto de la educación religiosa recibida de sus padres, sus hábitos de
alimentación saludable y abstinencia de vino, y su vida de oración, fe y
conocimiento de Dios, lo que los mantuvo íntegros. Pues ellos eran semejantes a
nosotros en pasiones y, por lo tanto, son un ejemplo especialmente para la
juventud?
Profetas y Reyes (pp. 358-360) // (pp. 216-220):
“Los notables hebreos
fueron hombres de pasiones como las nuestras, y no obstante las influencias
seductoras de la corte babilónica, permanecieron firmes, porque confiaban en
una fuerza infinita... En lo que experimentaron tenemos un ejemplo del triunfo
de los buenos principios sobre la tentación, de la pureza sobre la depravación,
de la devoción y la lealtad sobre el ateísmo y la idolatría.”
“Los jóvenes de hoy
pueden tener el espíritu que dominó a Daniel; pueden sacar fuerzas de la misma
fuente, poseer el mismo poder de dominio propio y revelar la misma gracia en su
vida, aun en circunstancias tan
desfavorables como las que predominaban entonces. Aunque rodeados por
tentaciones a satisfacer sus apetitos, especialmente en nuestras grandes
ciudades, donde resulta fácil y atrayente toda complacencia sensual, pueden
permanecer por la gracia de Dios. Mediante una determinación enérgica y una
vigilancia constante, pueden resistir toda tentación que asalte el alma. Pero
solo podrá obtener la victoria el que resuelva hacer lo correcto.”
“Tampoco podían correr
el riesgo que representaba el efecto enervador de la lujuria y la disipación
sobre el desarrollo físico, mental y espiritual. Conocían la Historia de Nadab
y Abiú, cuya intemperancia, así como los resultados que había tenido,
describían los pergaminos del Pentateuco, y sabían que sus propias facultades
físicas y mentales quedarían perjudicadas por el consumo del vino.”
“Los padres de Daniel y
sus compañeros les habían inculcado hábitos de estricta temperancia. Se les
había enseñado que Dios los tendría por responsables de sus facultades, y que
no debían atrofiarlas ni debilitarlas. Esta educación fue para Daniel y sus
compañeros un medio de preservación entre las influencias desmoralizadoras de
la corte babilónica. Intensas eran las tentaciones que los rodeaban en aquella
corte corrompida y lujuriosa, pero no se contaminaron. Ningún poder ni
influencia podía apartarlos de los principios que habían aprendido temprano en
la vida a través del estudio de la Palabra y las obras de Dios.”
La edificación del
carácter (pp. 16-18):
“Se nos ha dejado un breve relato de la vida de este santo hombre de
Dios, para ánimo de aquellos que en lo sucesivo sean llamados a soportar
pruebas y tentaciones.”
“Daniel estaba sujeto a
las más severas tentaciones que pueden asaltar a los jóvenes de hoy en día; sin
embargo, era fiel a la instrucción religiosa recibida en los primeros años.”
1 comentario:
Gracias....hemos podido resolver una duda...bendiciones
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