¿Qué significa ser humano? Significa ser hombre, verdaderamente hombre: esforzarse por ser individualmente hombre pleno.
Sin embargo, esto también lo
puede hacer el humanista secular, como, por ejemplo, el intelectual de
formación clásica al estilo de Luis Vives o de Humboldt, o el existencialista
influido por Nietzsche, Heidegger o Sartre, o incluso el positivista
mediatizado por las ciencias naturales o un racionalismo crítico.
Debemos confesar llanamente:
Todos ellos pueden ser auténticos humanistas que de veras vivan humanamente. No
obstante, todavía no tienen por qué ser cristianos.
¿Qué significa ser social?
Significa estar en conexión con la societas, con la sociedad: atender a las
necesidades y esperanzas de los demás hombres, de otros grupos humanos, de la
sociedad en general, y comprometerse activamente, de forma más o menos
militante, por la justicia social.
Sin embargo, esto lo puede hacer
el hombre secular, o no religioso, socialmente comprometido; lo mismo lo puede
hacer el reformador social liberal como el revolucionario marxista; lo mismo lo
puede hacer un nacionalsindicalista español que un socialista sudamericano o un
representante de la izquierda europea y americana.
No se puede negar; todos ellos
pueden defender reivindicaciones sociales legítimas y apremiantes. No obstante,
todavía no tienen por qué ser cristianos.
¿Qué significa ser religioso?
Significa estar religado (re-ligare) o referido (re-legare) a algo absoluto:
vivir en el horizonte de un fundamento y sentido absoluto, orientado hacia algo
que me atañe incondicionalmente.
Sin embargo, esto también lo
puede hacer un budista o un hindú, un musulmán o un judío, y otro tanto un
panteísta religado al universo, un deísta escéptico, un místico espiritualista,
un practicante de cualquier tipo de meditación trascendental (yoga o zen), o
simplemente el hombre común con sentimientos religiosos que trata de responsabilizar
sus acciones ante una instancia vinculante en su conciencia.
Nunca deberíamos ponerlo en duda;
todos ellos pueden ser auténticamente religiosos. No obstante, todavía no
tienen por qué ser cristianos.
¿Qué es entonces lo distintivo
cristiano? ¿Qué hace cristiano al cristiano? No es cristiano el hombre o la
mujer que nada más procura vivir humanamente, socialmente o hasta
religiosamente. Cristiano, es ante todo y solamente, sencillamente el que
procura vivir su humanidad, sociabilidad y religiosidad a partir de la fe en
Cristo. Procura: nada más ni nada menos.
Lo distintivo cristiano es Cristo
Jesús en persona. Contra toda distensión, falsificación, distorsión y
equivocación de lo cristiano, bien intencionada muchas veces, hay que llamar
honradamente a las cosas por su nombre, tomar los conceptos al pie de la letra:
el cristianismo de los cristianos debe seguir siendo cristiano. Mas el
cristianismo sólo sigue siendo cristiano, cuando se mantiene expresamente vinculado
al único Cristo. Y este Cristo no es un principio cualquiera ni una
intencionalidad, ni una actitud, ni una ideología. Es, por el contrario, una
persona bien definida, inconfundible, insustituible, con nombre propio.
Esta fórmula doctrinal no es una
fórmula vana. ¿Por qué? Porque hace referencia a una persona histórica muy
concreta: Jesús de Nazaret.
Ser cristiano no es meramente
aceptar un determinado estilo de vida, un dogma o una ideología. Ser cristiano
es asumir el compromiso, y con ello los riesgos, de pensar, sentir y obrar como
Cristo lo hizo.
Vivir cristianamente es articular
el sentido de la vida desde el horizonte del conocimiento de Cristo. Esto es
aceptar al Cristo histórico, creer en sus palabras, seguir su ejemplo, sabiendo
que ése es el camino que me conduce a Dios.
En síntesis, ser cristiano
significa creer, pensar, sentir, vivir, obrar, sufrir y morir como verdadero
hombre, siguiendo el ejemplo de Cristo, sostenido por Dios y presto a ayudar a
los hombres en la dicha como en la desgracia, en la vida como en la muerte.
(Basado
en la obra de Hans Kung “Las 20 tesis sobre ser cristiano”).
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