jueves, 22 de abril de 2010
LECCION 4: EL AGUA DE VIDA. 24/4/2010
Objetivos:
Saber sobre el uso del agua para beber, para lavarse y como terapia, así como su uso simbólico en el bautismo y su representación del Agua de vida.
Sentir aprecio por las cualidades de nutrimento, de limpieza y de curación del agua tanto literal como espiritual.
Hacer un uso adecuado del agua, interna, externa y espiritualmente.
Resumen: El uso apropiado del agua es crucial para la salud, tanto para nuestra vida física como, en sus aplicaciones espirituales, para la vida eterna.
La verdad es que, cuando tienes sed, nada satisface tanto como un vaso grande de agua pura, cristalina. Aunque los sustitutos vienen en diversidad de colores, aromas y gustos para despertar nuestros sentidos, aunque sean efervescentes o chispeantes, aunque sus recipientes y etiquetas sean atrayentes, nada apaga la sed mejor que el agua. Elegir alguna otra cosa cuando tienes sed solo te deja anhelando el líquido real.
En la árida región donde Dios eligió enviar a su Hijo en forma humana, el agua era escasa y preciosa. Todos sabían lo que era tener sed, y todos conocían el desafío diario de obtener agua limpia para sostener la vida. Así que, cuando Jesús le dice a la samaritana que él tiene agua aún mejor que la que ella saca diariamente del pozo del pueblo, naturalmente, su interés crece mucho.
El salvador le describe el don de Dios que llega a ser, dentro de aquel que lo recibe, un manantial abundante de Agua viva. En el transcurso de su conversación, la mujer llega a comprender la importancia espiritual de las palabras de Cristo. Su anhelo por el Agua viva crece en intensidad, y le pide al Salvador el más precioso don de todos los dones del cielo.
Las imágenes de la muerte, la sepultura y la resurrección de nuestro Salvador impregnan el rito del bautismo cristiano por inmersión. En el bautismo estamos enteramente conectados con estos actos de Cristo en nuestro favor de tal manera que llegan a ser también nuestra experiencia. Morimos a la vieja vida de pecado y rebelión. Estamos sepultados con Cristo cuando el agua se cierra sobre nosotros en el bautismo. Y, por el poder del Espíritu Santo, nos levantamos (resucitamos de la "tumba" de agua) para andar en "una vida nueva".
El apóstol Pablo nos exhorta, como resultado de estas realidades, a vivir nuestras vidas en el Espíritu como personas resucitadas: "¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Rom. 6:3, 4).
http://escuelasabatica.huaylla.com/escuela-sabatica-pr-bullon/
http://fulladven.blogspot.com/2009/01/escuchar-comentario-de-escuela-sabatica.html
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