miércoles, 26 de mayo de 2010

LA SAL


Los gobiernos de todo el mundo podrían ahorrar en gastos sanitarios y evitar millones de muertes prematuras si introdujeran leyes para reducir los niveles de sal en las comidas, indicó un asesor nutricional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Franco Cappuccio, jefe del centro de colaboración de la OMS para la nutrición, dijo que las medidas voluntarias de la industria alimenticia habían generado algún progreso, pero que los legisladores ahora deben aprovechar las pruebas científicas sobre el asunto e inducir cambios en los gustos de los ciudadanos.

"Existe un consenso total en que la sal es mala para nosotros, que comemos demasiada y deberíamos consumir menos", dijo Cappuccio en una entrevista con Reuters.

Pero Cappuccio, profesor de medicina cardiovascular de la Warwick University, donde está basado el centro nutricional de la OMS, dijo que la poderosa presión de la industria de bebidas y alimentos, cuyas ganancias crecen gracias a los agregados de sal, retrasa los esfuerzos por reducir el consumo.

Disminuir la ingesta de sal ayuda a bajar sustancialmente la presión arterial, lo que a su vez reduce el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (ACV). La hipertensión es la principal causa de muerte en el mundo, con 7,5 millones de defunciones por año.

Un estudio de 2007 analizó todas las evidencias disponibles hasta el momento y concluyó que recortar el consumo de sal en un 15 por ciento podría prevenir alrededor de 9 millones de muertes para 2015.

Otro trabajo en marzo demostró que una reducción de apenas el 10 por ciento en Estados Unidos podría evitar cientos de miles de ataques cardíacos y ACV y permitiría al Gobierno ahorrar 32.000 millones de dólares en costos de salud.

Hay pocas dudas de que comemos demasiada sal. En Reino Unido, el consumo promedio de un adulto es de alrededor de 8,6 gramos por día, mientras que en Estados Unidos es de 10 gramos, casi el doble de lo sugerido por la OMS.

Hasta la recomendación de la agencia de Naciones Unidas de comer 5 gramos de sal, equivalente a una cucharadita de café, supera ampliamente los 1,5 gramos que necesitamos para vivir, la cantidad de sal que se encuentra en una marraqueta de pan.

DESDE LA INDUSTRIA

"La mayoría de la sal consumida en el mundo occidental, de hecho alrededor del 80 por ciento, proviene de la sal agregada en las comidas, y sólo el 20 por ciento viene del salero o de la sal que usamos para cocinar", señaló Cappuccio.

"En términos de la libertad del consumidor, efectivamente no tenemos ninguna opción. En definitiva, las multinacionales alimentan a la mayor parte del mundo", agregó. Sin embargo, el profesor reconoció que hay algunos aspectos positivos.

En Estados Unidos, el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York está liderando una "Iniciativa Nacional de Reducción de Sal", para que las ciudades, estados y organizaciones de salud trabajen junto a los fabricantes de alimentos y restaurantes con el fin de reducir en un 20 por ciento el consumo de sal en los próximos cinco años.

En Reino Unido, las campañas públicas y los esfuerzos de la Agencia de Estándares Alimentarios para trabajar junto a los fabricantes en la promoción de la disminución del uso de sal ayudaron a que el consumo diario medio disminuyese a 8,6 gramos, desde alrededor de 10 gramos que se consumían hace una década.

"Sabemos gracias a estudios científicos que si se reduce el consumo de sal un poco todos los días, todas las semanas y todos los meses (...) se puede controlar el paladar", dijo Cappuccio.
"Así que podemos contener a las personas -y a toda la población- para que disfrute la comida con menos sal", concluyó.

El consumo de sal ha aumentado en un 50% en las últimas cuatro décadas en el país. Hoy los chilenos ingieren entre 12 y 15 gramos diarios de sal, hasta tres veces lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se trata de un problema que tiene importantes consecuencias para el organismo y que aparece como una de las principales causas de muerte en Chile. Se estima que uno de cada ocho fallecimientos son atribuible al consumo excesivo de sal.

De acuerdo a los especialistas, una reducción sobre el 50% en la ingesta evitaría la prevalencia de hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, eventos cardíacos, cáncer gástrico y desmineralización ósea, entre otras enfermedades.

De hecho, calculan que si se logra bajar en cuatro milímetros la presión arterial promedio de los chilenos se evitarían 1.254 muertes al año. El 70% de la sal que comen los chilenos proviene de alimentos procesados, destaca el experto Luis Zárate, quien además es miembro del departamento de Prevención de la Sociedad Chilena de Cardiología.

El hábito chileno de comida rápida, mayonesa y salsas, entre otros productos, es altísimo, por lo que se requiere de manera urgente aplicar políticas públicas eficaces y globales. Países como Finlandia, Bélgica y Canadá han logrado reducir entre 1 y 4 gramos el aporte de cloruro de sodio en alimentos procesados. Esto les ha permitido disminuir entre un 20%-35% los eventos cardiovasculares, dice.

1 comentario:

Rubén dijo...

Muy interesante tema y beneficioso para cuidar nuestra salud.

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