martes, 20 de octubre de 2020

ENSEÑAR ARTÍSTICAMENTE UNA TAREA PARA LA ESCUELA

 

Por Patricia Pagano, asesora pedagógica de la Unión Uruguaya.

Nos parece que la educación ha olvidado las emociones y la creatividad para centrarse exclusivamente en los aspectos racionales y científicos. En la práctica, los docentes suelen descuidar los contenidos del área artística en sus planificaciones. La percepción generalizada de la comunidad educativa para el desarrollo de los alumnos es dar mayor importancia a las áreas instrumentales. Sin embargo, múltiples investigaciones han establecido una estrecha relación entre el arte y el desarrollo de habilidades cognitivas de todas las áreas.

El profesor e investigador de Harvard, Howard Gardner, célebre por su teoría de las inteligencias múltiples, sostiene que un buen sistema educativo tiene que alimentar y fomentar todas las formas de inteligencia, incluidas las relacionadas con el arte. Caso contrario, descuidaría parcelas fundamentales del potencial humano y frenaría el desarrollo cognitivo de los niños.

El fundamento filosófico de la Educación Adventista enfatiza que la estética forma parte de una pedagogía redentora y restauradora. Todo lo que existe fue creado por Dios, y la creatividad es una característica divina otorgada al ser humano en la Creación. Es decir que la estética fue inculcada por Dios en el ser humano, al crearlo a su imagen y semejanza.

Somos seres estéticos. No solamente apreciamos la belleza, sino que disfrutamos creando cosas bellas. Lamentablemente, el pecado distorsionó esta capacidad. Pero la función redentora de la educación tiene como cometido crear espacios y un ambiente escolar que fomente la estética redentora, para propiciar la restauración del carácter divino.

Las Escrituras enseñan que:

·         La belleza tiene su origen en Dios. No necesita ser justificada, simplemente disfrutada.

·         No es preciso que el arte siempre sea bello. La Biblia presenta lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo; por lo tanto, el arte puede reflejar este conflicto.

·         La estética influye en la ética. «Lo que leemos, vemos, escuchamos y tocamos tiene un efecto en nuestras vidas diarias. Por lo tanto, la estética está en el mismo centro de la vida cristiana. Este impacto de la estética es medular, porque el trabajo último y el fin del arte cristiano es la vida cristiana totalmente desarrollada en toda su belleza y simetría.» (G. Knigth, p. 202).

Si incluimos el arte y la creatividad en nuestras propuestas educativas estaremos aportando una educación para la vida que tiene en cuenta la complejidad y apunta al ideal del desarrollo integral del educando. La experiencia destaca lo beneficioso de incluir contenidos de las áreas artísticas con otras materias curriculares en unidades, secuencias y proyectos. El entusiasmo y disfrute que genera aprender geometría con una obra de Kandinsky o escribir un texto explicativo destacando la belleza y complejidad de una flor promoverá la atención y, por lo tanto, el aprendizaje. El arte es disfrutable y genera un entusiasmo difícil de igualar en el salón de clases.

Es hora de que los docentes seamos creativos para descubrir maneras de incorporar la literatura, la música, la expresión corporal y las artes visuales en los proyectos escolares. Esta metodología de trabajo es una muy buena opción, porque fomenta más el trabajo cooperativo, la reflexión y la autoevaluación que los enfoques tradicionales. Al incorporar el arte, añadimos motivación intrínseca en el alumno.

 

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