Por Patricia Pagano, asesora
pedagógica de la Unión Uruguaya.
Las disciplinas artísticas son
relegadas por familias y docentes al momento de priorizar lo importante para
los niños. Estudios científicos destacan la importancia de proporcionar a los
niños y adolescentes experiencias relacionadas con el arte y enfatizan la relación
directa entre su práctica y la mejora de las competencias socioemocionales y
cognitivas. Se ha demostrado que el arte juega un papel esencial, no solo en el
desarrollo de los niños, sino además en el aprendizaje de la lectura, escritura
y matemática. Estudios revelan que los que habían tenido una estrecha relación
con el arte, dentro o fuera de las aulas, obtenían calificaciones más altas y
tenían menos riesgos de fracaso escolar que los que carecían de esa
experiencia. Es inestimable el aporte de incluir el arte en la formación
infantil y no debería catalogarse como un lujo superfluo.
Los que investigan los sistemas
educativos más exitosos destacan el involucramiento de la familia en el proceso
educativo. En otras palabras, es inestimable la implicación paterna y los
especialistas sugieren a las familias vivir el arte con los hijos, es decir que
hablen de arte y lo practiquen.
La niñez es una etapa en que los
sentidos y la percepción están abiertos a investigar el mundo que los rodea; es
decir, que tienen la disposición natural para aprender, experimentar y crear.
Los adultos pueden enriquecer la experiencia de apreciación artística, se puede
materializar en actividades como comentar con los niños la fachada de un
edificio barroco, el valor literario de un Salmo, los colores complementarios
en un arreglo floral, intercambiar puntos de vista de obras reconocidas, jugar
a descubrir arte en la calle, observar el arte del Creador en la naturaleza
reconociendo los cambios de luz y el color durante el día o en distintas
estaciones, y su efecto sobre los objetos. Se pueden cambiar impresiones sobre
las formas, colores y texturas en la naturaleza. Los niños son observadores
natos y, si se los ayuda a pensar en lo que ven desde una perspectiva estética,
no solo aprenderán a valorar el arte, sino también la naturaleza que lo
inspira. Prácticas como las mencionadas favorecerán el desarrollo de
competencias como la observación, la discriminación, el juicio crítico y la
investigación.
Además del disfrute que
proporciona la apreciación artística deben proporcionarse oportunidades para la
creación y expresión artísticas: como cantar, ejecutar un instrumento, pintar
un cuadro, elegir los colores para incluir un objeto decorativo o pintar una
habitación. Las posibilidades de mirar con ojos artísticos las actividades
cotidianas son ilimitadas.
Se debe tener en cuenta que la
capacidad de apreciación de los niños aumentará a medida que aumenten sus
experiencias. Proporcionarles la libertad de expresar sus opiniones sobre las
obras artísticas y familiarizarlos con museos, galerías y lugares para apreciar
buena música. Es bueno practicar con ellos actividades como coleccionar
reproducciones de obras de arte y juegos que impliquen relacionar las obras con
sus autores.
Sin
ninguna duda, el Dios que creó un espacio lleno de luz, color y música para la
humanidad espera proporcionemos a los niños espacios bellos y experiencias de
disfrute artístico, así como la posibilidad de asimilar los aprendizajes que
traen consigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario