lunes, 23 de noviembre de 2009

¿QUIERES GANAR DINERO? APRENDE A CONTROLAR TUS EMOCIONES


No por correr más se llega antes, ni por saber más se es mejor en los negocios. Aprende a controlar tus emociones y a sacar todo el rendimiento a tus capacidades en el mundo empresarial.

Muchas veces se habla de que los grandes empresarios no se hacen sino que nacen. En las finanzas y los negocios la inteligencia no es tan importante como la intuición y saber controlar las emociones, es decir, la gente con un alto coeficiente intelectual comete tantos errores como cualquier otra persona, a la hora de manejar su dinero.

Para saber aprovechar de verdad tus cualidades en favor de tu economía en eleconomista.com.mx hemos leido unas pautas para ganar dinero gracias a aprovechar tus cualidades.

1. Nunca hay que darse por vencidos. En muchos casos la primera idea no siempre es la buena. Tropezar enseña mucho y debes sacar conclusiones de los proyectos fracasados.


2. Ponte tus propias reglas y fija tus fines.
En muchas ocasiones la gente que logra amasar un patrimonio considerable, no fue la más brillante o sobresaliente en la escuela. Son personas creativas, intuitivas, pero sobre todo muy inquietas. Pero siempre debes tener un fin en mente. Saber muy bien de dónde vienen, pero sobre todo hacia dónde quieren ir.


3. Trabaja en equipo.
Las personas verdaderamente exitosas son las que trabajan con los demás y saben rodearse de gente que complementa sus cualidades y capacidades.


4. Convierte el riesgo en una oportunidad.
Conoce el riesgo y manejalo en tu favor. Normalmente las personas con un alto coeficiente intelectual suelen huir de los riesgos, esa es una oportunidad a tener en cuenta.

5. Gana tres y gasta una. Se modesto y piensa en generar un patrimonio no en crear un nivel de vida. Debes de ser modesto, saber que el éxito es producto de tu talento y debes usar los talentos de otros en labores que beneficien al grupo.

A diferencia de lo que muchos de nosotros podemos pensar, estudios a nivel internacional han demostrado que nuestro nivel de inteligencia, entendiéndose como IQ (coeficiente intelectual), tiene muy poco que ver con la cantidad de nuestro patrimonio. Ellos, como nosotros, comenten demasiados errores financieros.
Por el contrario, los que tienen una inteligencia emocional desarrollada son los que mayor éxito tienen en la construcción de su patrimonio.

Pero, ¿qué actitudes toman las personas con IQ elevado que, a pesar de que su potencial usualmente les permite generar mayores ingresos, no logran consolidarlos en un patrimonio sólido?

A continuación exploraremos algunas características importantes de esas personas:

Presumidos
1. Suelen ser demasiado presuntuosos. Su inteligencia les hace pensar que están en un nivel por encima de todos los demás, lo cual a su vez les hace buscar sentirse superiores. Esto lo pueden canalizar de diferente manera.
Algunos de ellos suelen, entonces, consumir bienes enfocados a lucir un determinado estilo de vida: los que son así acumulan bienes, no activos, no inversiones.
No buscan ser más, sino tener más, que las cosas que tienen estén a la altura de lo que ellos piensan que son.

Cerrados
2. Piensan que a ellos se les ocurrirá esa gran idea de negocios. Creen que su inteligencia les permitirá generar una idea de negocios que cambiará de manera significativa el mercado y los hará ricos.
Sin embargo, en realidad se pasan la vida pensando en que eventualmente esa idea les vendrá. No exploran posibilidades: no crean, no buscan, no intentan.

Acotados
3. Su inteligencia no les permite explotar todo su potencial. Cuando uno tiene un intelecto demasiado desarrollado, en ocasiones piensa que esa capacidad es suficiente para lograr las cosas. Pero la verdad es que en el mundo muchas habilidades, no sólo la intelectual, son las que se combinan para alcanzar el verdadero éxito.

Cautelosos
4. Son demasiado conservadores. No toman riesgos, dado que se pasan la vida analizando todas las posibilidades.
Como en materia de inversiones hay demasiados imponderables, entonces tratan de protegerse demasiado. Huyen a los riesgos, en lugar de conocerlos y manejarlos en su favor. En materia de seguros, hay quienes se protegen demasiado o hay quienes no compran ningún seguro, ya que piensan que “a ellos” no les pasará nada o que podrán salir adelante con su capacidad intelectual.

Sectarios
5. No trabajan en equipo. Son los típicos en la escuela que, cuando había un trabajo en equipo, se abalanzaban a hacerlo todo ellos sin dar espacio a los demás.
Trabajaban solos, como burros, para presentar un trabajo “en equipo”.
De alguna forma menospreciaban a los demás miembros del equipo, por no ser tan inteligentes. Es decir, sólo ellos tenían la capacidad de hacer las cosas de una forma superior.
Desde luego todos los demás se beneficiaban de su trabajo, sin haber hecho nada.
Esto, en la vida real pasa, y mucho.

Indefinidos
6. No tienen un fin en mente ni trabajan hacia él. Las personas con una capacidad intelectual sobresaliente, piensan que las cosas saldrán “solas”, como producto de su capacidad. Pierden entonces de vista el fin, el objetivo primordial, ya que tratan de abarcar demasiadas cosas a la vez y en lugar de simplificar su punto de vista sobre la vida, lo complican, le añaden demasiadas aristas que son imposibles de manejar, para el ser humano exitosamente al mismo tiempo.

Soberbios
7. No son humildes. Aunque reconocen sus errores, piensan que automáticamente lo harán mejor la próxima vez. Suelen culpar a una “variable” que no está bajo su control.
Esto hace que no aprendan realmente de sus errores, ya que no dejan que éstos “templen” su carácter.

Quiero terminar mencionando que esto se trata de una generalidad, no de todas las personas con inteligencia superior.

Muchos de ellos logran cosas extraordinarias y no están enteramente en esta situación.

De hecho, cuando el alto IQ se combina con una alta inteligencia emocional, los resultados suelen ser en verdad, extraordinarios.

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