martes, 10 de abril de 2007

COMO HAY QUE VIVIR PARA SER MILLONARIO




a) Evitar el lujo. Muchos de los que viven en casas caras y tienen autos de lujo, en realidad no son tan ricos. Tal vez tengan ingresos altos, pero lo gastan todo.

b) Comprender que riqueza no es sinónimo de ingreso. Si usted gana un millón de dólares al año y gasta otro tanto en el mismo período, no se está volviendo rico; sólo tiene un alto nivel de vida. La riqueza es lo que se acumula, no lo que se gasta.

c) Uno se hace rico, con mayor frecuencia, como resultado del trabajo arduo pero inteligente, de la perseverancia y, sobre todo, por la disciplina.

d) La actitud es la principal diferencia entre un millonario y quien no lo es.

Reglas:

Viva por debajo de sus posibilidades económicas. Ahorre, acumule su riqueza; coloque su dinero en inversiones o en su propia empresa. Esto es una actitud. Viva sencillamente.

De más importancia a su capital y menos a su ingreso. La gran mayoría de los millonarios miden su éxito por el capital que han acumulado, y no por su ingreso. Reinvierta su dinero en su propia empresa o en acciones. La persona que más rápidamente acumula capital, es la que destina cada dólar posible a sus inversiones, no al consumo. Y mientras tanto, reinvierta los intereses de sus inversiones y vea cómo se multiplica su capital. Esta es la actitud adecuada.

Haga caso de los buenos consejos. Preste cuidadosa atención a su dinero y busque una adecuada asesoría profesional en cuanto a lo financiero y a lo jurídico. Busque nuevas posibilidades de inversión. El aspecto más misterioso de la acumulación de riqueza, es el sexto sentido que algunos millonarios desarrollan para detectar oportunidades en potencia.

Trace un plan. Los individuos que se hacen ricos por su propio esfuerzo, se fijan metas claras con respecto a su dinero. Tal vez desean jubilarse a temprana edad o dejar un patrimonio a sus hijos. Los objetivos varían, pero hay dos rasgos comunes: estas personas tienen una cifra en mente_ el capital que esperan haber reunido a los 50 años de edad, tal vez_ y trabajan incesantemente para alcanzar su meta. La planificación no hace la felicidad, pero ayuda mucho, al igual que el dinero, que tampoco hace la felicidad, pero la financia.

Independientemente de su edad, comience a trazar un plan desde ahora. ¿Cuánto capital desea acumular y a qué edad? Luego calcule hacia atrás. Para alcanzar su meta, ¿cuánto deberá ahorrar cada año?

Hay algo que quizá lo sorprenda. Si usted hace de la riqueza _ y no sólo del ingreso _ su meta, esa casa de lujo con la que siempre ha soñado, ya no le parecerá tan atractiva. Tendrá usted la actitud adecuada.

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