Los jóvenes que se acuestan temprano gozan de mejor salud emocional
Un estudio de la Universidad de Columbia (EE.UU.) muestra que los jóvenes que van a la cama más tarde tienen un 24% más de riesgo de sufrir depresión.
El descanso es un factor clave para la salud mental. Así lo asegura la evidencia científica acumulada hasta ahora y lo confirma una investigación desarrollado por la Universidad de Columbia en 15.659 adolescentes y sus padres en el marco del Estudio Longitudinal de la Salud del Adolescente.
Los científicos constataron así que un 54% de los menores se acostaba a las 10:00 de la noche a lo largo de la semana, mientras que un 21% lo hacía a las 11:00 y hasta un 25% a medianoche o más tarde.
"La media de horas de sueño fue de siete horas y 53 minutos, lo que contrasta claramente con las que se aconsejan", comentan los autores.
Aquellos adolescentes que seguían el ejemplo de sus padres y se acostaban a medianoche tenían un 24% más de riesgo de sufrir depresión y un 20% más de posibilidades de tener ideación suicida que los que se acostaban temprano [a las 10:00]. Unas probabilidades que se disparaban hasta el 71% y el 48%, respectivamente, en los menores que admitían descansar tan sólo cinco horas al día o menos. Ambas relaciones pudieron establecer tras analizar los patrones del sueño de los menores y comprobar, asimismo, qué participantes tenían depresión [un 7%] y cuántos confesaron haber pensando en quitarse la vida [un 13%] en algún momento durante los últimos 12 meses previos a la realización del estudio.
Según los científicos norteamericanos, restarle horas al descanso afecta a la modulación de la respuesta emocional cerebral a un estímulo aversivo, produce una tristeza que obstaculiza la capacidad para hacer frente al estrés diario, daña las relaciones familiares y sociales y afecta al juicio, a la concentración y al control de los impulsos.
La clave, según los investigadores, es que los padres den el ejemplo y se vayan a la cama temprano. "Nuestros datos sugieren que el hecho de que ellos no trasnochen puede proteger a sus hijos de una depresión y de la ideación suicida. Son necesarias por tanto intervenciones que ayudan a establecer una buena higiene del sueño de toda la familia podrían servir como medidas preventivas primarias contra la patología mental mencionada", agregan.
Un estudio de la Universidad de Columbia (EE.UU.) muestra que los jóvenes que van a la cama más tarde tienen un 24% más de riesgo de sufrir depresión.
El descanso es un factor clave para la salud mental. Así lo asegura la evidencia científica acumulada hasta ahora y lo confirma una investigación desarrollado por la Universidad de Columbia en 15.659 adolescentes y sus padres en el marco del Estudio Longitudinal de la Salud del Adolescente.
Los científicos constataron así que un 54% de los menores se acostaba a las 10:00 de la noche a lo largo de la semana, mientras que un 21% lo hacía a las 11:00 y hasta un 25% a medianoche o más tarde.
"La media de horas de sueño fue de siete horas y 53 minutos, lo que contrasta claramente con las que se aconsejan", comentan los autores.
Aquellos adolescentes que seguían el ejemplo de sus padres y se acostaban a medianoche tenían un 24% más de riesgo de sufrir depresión y un 20% más de posibilidades de tener ideación suicida que los que se acostaban temprano [a las 10:00]. Unas probabilidades que se disparaban hasta el 71% y el 48%, respectivamente, en los menores que admitían descansar tan sólo cinco horas al día o menos. Ambas relaciones pudieron establecer tras analizar los patrones del sueño de los menores y comprobar, asimismo, qué participantes tenían depresión [un 7%] y cuántos confesaron haber pensando en quitarse la vida [un 13%] en algún momento durante los últimos 12 meses previos a la realización del estudio.
Según los científicos norteamericanos, restarle horas al descanso afecta a la modulación de la respuesta emocional cerebral a un estímulo aversivo, produce una tristeza que obstaculiza la capacidad para hacer frente al estrés diario, daña las relaciones familiares y sociales y afecta al juicio, a la concentración y al control de los impulsos.
La clave, según los investigadores, es que los padres den el ejemplo y se vayan a la cama temprano. "Nuestros datos sugieren que el hecho de que ellos no trasnochen puede proteger a sus hijos de una depresión y de la ideación suicida. Son necesarias por tanto intervenciones que ayudan a establecer una buena higiene del sueño de toda la familia podrían servir como medidas preventivas primarias contra la patología mental mencionada", agregan.
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