miércoles, 14 de marzo de 2007

EL HOMBRE QUE DIOS ENVIÓ

Cuando Doug Meland, traductor de la Biblia a idiomas indígenas, y su esposa se mudaron a una aldea de los indios fulnio, en Brasil, éstos los llamaban simplemente "el hombre blanco". Esta forma de llamarlos no era de ningún modo un cumplido, por cuanto otros hombres blancos los habían explotado, habían quemado sus hogares y les habían quemado sus tierras. Pero después de que los Meland aprendieron la lengua de los fulnio y comenzaron a ayudar al pueblo con medicinas y de diversos modos, los aborígenes comenzaron a llamar a Doug "el hombre blanco respetable".Cuando los Meland comenzaron a adaptarse a las costumbres de la gente, los fulnios los aceptaron más ampliamente y llamaron a Doug "el indio blanco".
Tiempo después, en una ocasión en que Doug estaba lavando el pie sucio y cubierto de sangre de un niño fulnio herido, escuchó que alguien de los que estaban junto a él comentaba: "¿Quién ha visto alguna vez a un hombre blanco lavar el pie a un indio? ¡Ciertamente, este hombre viene de Dios!" Desde ese día, siempre que Doug entraba en una casa india, lo anunciaban de esta manera: "Aquí viene el hombre que Dios envió".

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