miércoles, 10 de febrero de 2010

EL PRIMER ÁNGEL DE APOCALIPSIS 14:6,7 (1)



“Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente” 2 Pedro 1:12).

Cristo viene por segunda vez con poder para salvación. Ha enviado los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero para preparar a los seres humanos para dicho acontecimiento. Estos ángeles representan a los que reciben la verdad y presentan el Evangelio al mundo con poder (Carta 79, 1900).

El capítulo 14 del Apocalipsis es del más profundo interés. Pronto será comprendido en todos sus alcances, y los mensajes dados a Juan el revelador, serán repetidos con claridad. (Review and Herald 13-10-1904)

Primer Ángel Apocalipsis 14: 6,7

14: 6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,

Por en medio del cielo. La extensión de su vuelo indica los alcances mundiales de la obra y el mensaje de este ángel. Su obra crece y se desarrolla hasta que la ve y la oye toda la humanidad. En la profecía del mensaje angelical de este capítulo 14, se predice un gran despertar religioso bajo la influencia de la proclamación de la próxima venida de Cristo. El vuelo del ángel “en medio del cielo” y la “gran voz” (verso 7) con la que se iba a dar la amonestación, y su promulgación a todos los que habitan la tierra, son prueba de la rapidez y extensión universal del movimiento. Estamos viviendo la era de las comunicaciones, la televisión, radio, internet, las imprentas, la comunicación vía satélite; Todos estos medios se aplicarían para poder proclamar el evangelio a todo el mundo. “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12: 4). No hay duda de que estamos viviendo el tiempo del fin.

Ángel. Esta es una visión simbólica. El ángel representa a los santos de Dios ocupados en la tarea de proclamar el Evangelio eterno, especialmente los asuntos mencionados en este versículo, en un tiempo cuando la hora del “juicio ha llegado” (vers. 7). Por supuesto, también es cierto que ángeles literales ayudan a los hombres en la tarea de proclamar el Evangelio, pero esta no es la idea que predomina aquí.

Evangelio. La palabra “evangelio” originalmente se refería a la “buena noticia” de que ciertamente el Mesías había venido a la tierra, como fue predicho por lo profetas. Después el término fue aplicado al relato de la vida de Jesús, y posteriormente a los diversos documentos, o Evangelios, en los que está preservado ese registro. El evangelio es el mensaje que proclama el cristianismo: salvación por medio de Jesucristo. Estas “buenas noticias” fueron reveladas en embrión desde el principio (Génesis 3:15; 12:3), pero más ampliamente lo hicieron los escritores bíblicos posteriores, especialmente Isaías, a quién a veces se lo llama el profeta evangélico. Jesús anunció su ministerio al pueblo de su aldea de Nazaret con las palabras de Isaías 61: 1,2 “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor (Lucas 4: 18,19). Las “buenas nuevas” se describen como “el evangelio de Cristo”, “el evangelio de Dios” y “el evangelio de la gracia de Dios” o “el evangelio del reino de los cielos” o “del reino de Dios”.

Cristo ordenó predicar el evangelio “a toda criatura” (Marcos 16: 15,16). La predicación del “evangelio del reino” a todo el mundo es una de las señales de la venida de Cristo. Juan vio a un ángel con el “evangelio eterno” para predicarlo a “toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Apocalipsis 14:6).

Las buenas nuevas son que Jesús decidió sufrir las consecuencias de nuestra culpa, de manera que todos los que lo aceptaran pudieran vivir eternamente. El plan de salvación se ideó con el fin de restaurar la imagen de Dios en el hombre, la que fue estropeada por el pecado.

Eterno. Evangelio eterno sólo se usa aquí en relación con el Evangelio de la gracia de Dios, pues no hay sino un solo Evangelio para salvar a la humanidad, el cual continuará hasta que haya gente que salvar. Nunca habrá otro Evangelio igual.

Moradores de la tierra. Aquí se presenta una proclamación mundial del Evangelio.

Toda nación. La universalidad del mensaje se destaca con esta frase.

14:7 Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio a llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.

Temed. “Reverenciar”. No significa aquí sentir temor de Dios, sino acercarse a él con reverencia y respeto. Incluye el pensamiento de absoluta lealtad a Dios, en una sumisión completa a su voluntad. El sentimiento de temor reverente que el hombre debería sentir por la majestad, el poder y la posición exaltada de su divino Hacedor; incluso podría significar la reacción más extrema del temor reverencial, mezclado con el terror que un hombre mortal naturalmente sentiría cuando está en la inmediata presencia de Dios. Esta clase de temor, por supuesto, no debe ser incluida en la emoción dañina, sino antes bien la recomendada en las Escrituras.

Dios. El mensaje de temer a Dios es especialmente oportuno en el período representado por la predicación de este ángel, porque los hombres se han entregado a la adoración de los dioses del materialismo y el placer y muchos otros que han inventado.

Gloria. Aquí significa sin duda “honor”, “alabanza”, “homenaje”, “estima”; las cualidades que producen honor o provocan admiración. En la alabanza que se ofrece a Dios, el término “gloria” se puede referir al honor y la estima que sus adoradores le atribuyen. Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios (Éxodo 33:18), su respuesta indicó que consideraba las virtudes y gracias de su carácter como su “gloria” especial (Éxodo 33:19; 34:6,7). Aquí la expresión “gloria” aparece significando expresiones de alabanza a Dios, en la que los hombres y los ángeles tributan honor y adoración. En 1 Corintios 10:31 dice: “Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Este concepto aclara que el primer motivo para que el cristiano viva en armonía con las leyes de Dios, debe ser promover el honor de Dios. Este motivo surge de su amor hacia Dios y su deseo de agradar a su Hacedor (ver Juan 14:15; 1 Juan 5:3). Todas las energías del alma deben usarse en provecho del reino de Dios, para así honrarlo.

1 Corintios 6: 19,20 señala “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros? Pues habéis sido comprados por precio, glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Glorificar a Dios en nuestros cuerpos significa cuidar de la mejor manera posible nuestro organismo.

En estos últimos días, la obra de Dios incluye enseñar a la gente a comprender los principios relativos a la salud. Debemos demostrar que si seguimos los caminos de Satanás y desobedecemos las leyes de Dios, ya sean físicas o morales, llegaremos a la enfermedad y la muerte, mientras que si seguimos el camino de Dios, llegaremos a la vida y la salud.

En general, por medio de las pequeñas decisiones que tomamos cada día, desarrollamos el carácter y nos preparamos para la eternidad. La santificación no es una mera teoría. Es vivir cada día, cada minuto, en tal forma que sabemos que estamos siguiendo la voluntad de Dios en todo. Cuando hacemos las cosas de acuerdo a propósitos correctos, a saber, darle gloria a Dios y no a nosotros mismos, estamos viviendo vidas santas y justas. Esa es la santificación a la que se refería Pablo al decir: “Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).

Todos los hombres pertenecen a Dios y todos son llamados a servirle, y en el día del juicio se requerirá de todos, que rindan cuenta de la forma en que hayan respondido a esa demanda a través de sus talentos. Los seguidores de Cristo han sido redimidos para servir. Al hacer una profesión de fe en Cristo, nos comprometemos a desarrollarnos, en la medida plena de nuestra capacidad, como obreros para el Maestro, y debiéramos cultivar toda facultad hasta el más elevado grado de perfección, a fin de que podamos realizar el mayor bien de que seamos capaces.

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