miércoles, 6 de agosto de 2014

LECCIÓN 6: ¿CUÁNDO REGRESARÁ JESÚS?



www.Tu.tvLECCIÓN 6: ¿CUÁNDO REGRESARÁ JESÚS?
        La segunda venida de Cristo es, indudablemente, la mayor esperanza de la humanidad. La base bíblica para creer que Jesús volverá está en estos versículos: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera  dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.  Si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”( Juan 14:1-3). 

La razón de ser del cristianismo es la segunda venida de Cristo. La vida cristiana es una vida de comunión con Jesús. Mientras Cristo no vuelva, nuestra comunión será, de cierta manera, una comunión invisible, por la fe. Pero el Señor Jesús prometió que él vendrá por segunda vez a la tierra, y esta esperanza le da razón de ser a la vida cristiana.

        Muchos piensan que Jesús ya vino; ya está en el mundo invisiblemente, y que tenemos que mirarlo con los ojos de la fe. Pero la Biblia señala que su venida será real y no simbólica; todos lo podremos ver y vendrá personalmente, del mismo modo como se fue. “Los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén" (Apocalipsis 1:7). “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27).

        Acontece que Jesús ya debería haber vuelto hace mucho tiempo, y como él no vuelve, existe mucha gente que piensa que la promesa nunca se cumplió y nunca se cumplirá. Pero eso también estaba profetizado. “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3,4). “El Señor no retarda su  promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).

        Evidentemente ya no tenemos mucho tiempo para esperar. Las señales de la venida de Cristo se han cumplido y se están cumpliendo de manera extraordinaria. “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas” (Mateo 24:29). El 19 de mayo de 1780, en los Estados Unidos, el sol se oscureció a las 9 de la mañana. Quedó como una noche oscura el día. Fue el cumplimiento de esta profecía. El 13 de noviembre de 1833, también en los Estados Unidos, las estrellas cayeron como una lluvia infinita de meteoritos. Otra de las profecías cumplidas.

        También se profetizaron terremotos y a medida que el fin se aproxime, más y más seremos testigos de tragedias en medio de la naturaleza. Se profetizan guerras; hace muchos años que el mundo no vive en paz. El Sida está acabando con la humanidad. El mundo tiene gente que muere de hambre. Hoy en día tenemos miedo de las personas en la calle. No sabemos quién es un asaltante; la violencia anda suelta.  Todo esto es evidencia de que Cristo está próximo a volver.  “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (Mateo 24:6,7).

        Pero qué cosa más maravillosa; este mundo en que vivimos, en el que pasamos hambre, dolor y muerte; en el que muchas veces tenemos que enterrar a nuestros seres más queridos, a nuestros propios hijos, que tenemos que enfrentar dificultades y a veces nos preguntamos: “Señor, ¿hasta cuándo?” Jesús dice: “Hijo, espera un poco. Aquí están las evidencias y las señales. Mi segunda venida no va a demorar”. Y cuando el Hijo del Hombre aparezca en el cielo, sus ángeles saldrán para juntar a sus escogidos. Aquellos que vivieron una vida de comunión con Jesús por la fe, sin poder tocarlo, entonces sí podrán  tocarlo y abrazarlo personalmente. Además, el verdadero Cristo será visto por todo el mundo en un segundo. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá…” (Apocalipsis 1:7).

        “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24: 37-39). Cuando Jesús vuelva no habrá nada extraordinario. La vida cotidiana de las personas continuará como siempre. La gente estará trabajando, vendiendo, comprando, algunos divirtiéndose o viajando, hasta que de repente, aparecerá la señal del Hijo del Hombre viniendo en las nubes, para recompensar a cada uno según sea su obra. Entonces ya será demasiado tarde; la oportunidad habrá pasado. Ya no habrá más arrepentimiento. Pero hoy día estamos viviendo el tiempo en que debemos conocer y aceptar el plan de salvación. 

        El día del Señor vendrá, así  como ladrón en la noche” (1 Tesalonicenses 5:2). Hoy día hay mucha gente que piensa que Jesús no va a volver todavía, así permiten que los afanes de esta vida los distraigan de su preparación para ese día. Por eso, se señala que la venida de Jesús será en forma sorpresiva, inesperada, repentina, como es la llegada de un ladrón en la noche, cuando todos duermen. Cuando tú menos lo pienses, es allí cuando Jesús va a aparecer. Por eso, estamos viviendo en los momentos más solemnes de la historia de este mundo, y mucha gente no lo sabe. Dios reunirá a sus escogidos y yo quisiera que tú seas uno de ellos. Que hayas vivido en esta vida, una vida de comunión con Jesús, y cuando Cristo vuelva, no estés en el grupo que correrá desesperado para esconderse, sino que estés en el grupo de aquellos que levantarán las manos al cielo y dirán: “He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Isaías 25:9).  
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